martes. 16.04.2024
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Imagen del grupo que participó en las tareas de Los Pimpollares.

Vecinos, hijos del pueblo  y gente vinculada con el municipio de  Cabrejas del Pinar revivieron en la jornada del sábado 11 de mayo el Día de Los Pimpollares, una actividad con la que se pone a punto el municipio en tareas de limpieza, adecuación de parajes municipales, desbroce y, en general, mantenimiento de áreas recreativas y de ocio.

La sorpresa y perplejidad ha sido mayúscula este año al presentarse en Cabrejas durante la jornada dos inspectores de trabajo que estuvieron realizando preguntas e indagaciones a cerca del alcance de estas tareas.

La actividad anual, que reúne a un importante grupo de personas, debe su nombre a la Dehesa de El Pimpollar, considerada en su momento la dehesa boyal más extensa de Europa, hoy con parte de su límite muy cercano a la carretera nacional 234. Durante siglos, los vecinos han venido dedicando un tiempo, que ha venido reduciéndose con la menor implicación ganadera, al mantenimiento del cercado con las piedras de la amplia finca dedicada al ganado.

El hombre que vivía en Cabrejas,- casado en el año en curso-, debía de bajar a El Pimpollar una serie de carros con piedras para mantener el vallado. El número de carros siempre era superior si el artífice era forastero, y había llegado a residir en la población.

Lejos ya de ese único interés por mantener una dehesa que sigue sirviendo de pasto para el ganado, los trabajos se centran ahora en el núcleo de población y su entorno más cercano.Tras la formación de los grupos de trabajo, los participantes se desplegaron por distintos enclaves, para reunirse después en una comida de hermandad.

Perplejidad en Cabrejas por la presencia de los inspectores de trabajo en el día de Los...