jueves. 28.03.2024
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El juego de los naipes uno de los extendidos.

Si hay algo que distingue a las grandes comilonas de las fiestas navideñas es, sin duda, la prolongada sobremesa. Tras los entrantes, primeros platos, principales y postres, aún falta sacar los turrones y polvorones y los licores, con lo que solemos pasar horas sentados a la misma mesa, conversando y pasando el tiempo de manera relajada. Cierto es que los niños, y muchos jóvenes, se retiran en este momento, pero también unos pocos se suelen sumar a las tradiciones familiares de los juegos de mesa con los que pasar un buen rato.

Siempre hay un hermano, primo o abuelo que aparece en el salón desempolvando una caja de Trivial con la que los lumbreras de la familia podrán presumir de conocimientos, o un Monopoly con el que los más pequeños pelean por ser la banca y manejar los billetes soñando que se han hecho ricos, y por supuesto el Parchís, probablemente uno de los miembros más antiguos de la familia, que puede que haya perdido una ficha amarilla. Y las opciones se amplían cada vez más con Pictionary, Party o juegos más recientes como Pictureka. En muchas casas hay verdaderas colecciones de juegos de mesa. También tenemos este año la propuesta de IKEA para conocer mejor a los otros miembros de la familia.

Si el Trivial, el Monopoly o el Parchís se han convertido en verdaderos clásicos, no hay nada como una simple y barata baraja de cartas para hacer volar nuestra imaginación. En prácticamente todas las casas hay guardada como mínimo una baraja, y el funcionamiento de los juegos que emplean las cartas suele ser relativamente sencillo. Por otra parte, según qué juegos pueden permitir un buen número de jugadores simultáneos.

De entre todos estos juegos, probablemente el más emocionante, que nos permite pasar más horas entretenido y que puede dar lugar a mayor número de variantes es el póker. Además la competitividad que genera da lugar a situaciones memorables, sea apostando monedas, dulces navideños o en algunos casos incluso prendas, como ya sabemos. Cualquiera que nunca haya jugado una partida puede sumarse al reto, porque a pesar del fuerte componente estratégico que conlleva el póker, en muchos casos la suerte es más poderosa. Cuántas veces el novato, el principiante, ha sido el rey de la fiesta frente a estrategias muy marcadas. Sin embargo, si la persona a la que sonríe la suerte se sabe un par de trucos para multiplicar sus probabilidades de éxito, vencerá a todo jugador que se le ponga por delante.

Tal vez uno de los secretos sea no centrarse expresamente en conseguir la mano perfecta, sino en aprovechar las cartas disponibles y apostar a otras opciones que pueden dar grandes resultados. Por ejemplo, el full es una mano muy poderosa en el póker, de hecho la segunda más potente tras éste, por encima de la escalera de color. Se trata de combinar en una mano un dúo y un trío, y si sabemos detectar la oportunidad de crear un full en vez de un póker, posiblemente sea la combinación más potente de la mesa.

La escoba por el contrario tiene un funcionamiento mucho más simple, predecible y mecánico, y dará lugar a numerosas partidas cortas que pueden mantener entretenidos incluso a los más pequeños durante horas. Burro probablemente sea el juego de cartas que más risas (y trampas) puede generar, pero ¡ojo! Puede que alguno se rompa un dedo intentando colar la mano por debajo de la de otro jugador. En este jugo la habilidad no es sólo mental sino que los reflejos físicos deben estar al cien por cien. Muy divertido, suele dejarse para el final de la fiesta.

Para aquellos que suelen hacer más uso de la tecnología, y sobre todos para los que están estrenando regalos como una Nintendo Switch o una PS4, la televisión puede convertirse en el alma de la fiesta con juegos que implican ponerse de pie: un Sing it despertará al cantante que llevamos en nuestro interior (o un fuerte dolor de cabeza al vecino), un Just Dance hará bajar los polvorones a los más osados y a los que se perdieron la San Silvestre y los niños podrán jugar a mini competiciones deportivas con diferentes mini juegos como Mario Party. Lo importante, sin duda, es aprovechar estos momentos cada vez menos frecuentes en los que podemos reunirnos con todos los familiares que viven fuera para divertirse con juegos y situaciones que incluyen a cuantos más participantes, mejor.

Escoba, poker, burro...los juegos de cartas más frecuentes en estas fechas