jueves. 28.03.2024
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Imagen de un incendio el pasado verano en Navaleno.

Ecologistas en Acción de León ha otorgado su Premio Atila al consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones como merecedor de la distinción “por los recortes en prevención y extinción de incendios forestales, que han facilitado la quema, en este invierno y primavera especialmente secos, de más de 4.000 hectáreas en la provinicia leonesa.

Por su parte, Nuclenor, la empresa titular de la central nuclear de Garoña y propietaria de Endesa e Iberdrola, resultó premiada con el Premio Atila a una trayectoria de Ecologistas en Acción Burgos que este año celebra el 25 aniversario de estos galardones. La asociación reconoce, de esta manera, a la empresa “toda una trayectoria de amenaza al medio ambiente y a las personas” y recuerda que Garoña ostenta el “dudoso mérito” de acumular el mayor número de premios Atila, en solitario o compartido con otras integrantes del lobby nuclear; no solo en la convocatoria burgalesa, sino también en ediciones regionales y estatales.

Estos premios se otorgan con ocasión de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente el cinco de junio, para “distinguir y denunciar a aquellas personas, entidades o proyectos que más hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente”. 

Los ecologistas de León atribuyen al consejero de Fomento y Medio Ambiente una “continua sumisión al sector cinegético, al haber autorizado ganchos y monterías en la provincia de León con hasta 30 centímetros de nieve, lo que disminuirá significativamente las posibilidades de supervivencia de la fauna salvaje en las batidas”. Esto se suma, añaden, a las autorizaciones para cazar lobos al sur del Duero, donde es especie protegida y no cinegética.

Los premios tienen una categoría denominada 'Caballo de Atila', en esta ocasión para el director General de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez Blázquez, por la “ridícula sanción de 901 euros impuesta a la empresa Recuperación de Materiales Diversos ( RMD) por el incendio de julio de 2015, que se produjo -dicen- como consecuencia del incumplimiento de la normativa de almacenaje de neumáticos usados, contaminando gravemente la atmósfera, aguas, y alimentos de la zona.

Otra categoría, 'Hordas de Atila', se la dedican al alcalde de León, Antonio Silván Rodríguez, entre cuyos 'méritos' destacan el impulso a la reapertura de la central nuclear de Garoña, a la minería de uranio en Salamanca, al 'fracking' en Burgos y Palencia y la redacción y aprobación del Plan de Conservación del Lobo cuando era consejero de Fomento y Medio Ambiente.

El Premio Ecologista 2017 se lo otorgan a Gabriel Alegre Castellanos, ingeniero agrícola y agricultor ecológico, presidente de la Asociación de Agricultores Ecológicos del Sur de León (Aesurle), ”luchador infatigable por mantener una forma de vida que está unida al mundo rural y al cuidado y protección del planeta desde lo local”, que cada primer y tercer sábado de mes participa en el Ecomercado de la plaza del Conde Luna de León.

Galardones en Burgos

En Burgos, el Premio Atila 2017 recayó en el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Baudilio Fernández-Mardomingo, por ser el responsable máximo de que la tramitación de los expedientes sancionadores relativos a conductas contrarias a la protección del medio ambiente “no sea el adecuado”. No en vano, un comunicado de la organización ecologista considera que “muchas quedan impunes y sin sanción ya que se archivan sin haber sido resueltas o ejecutadas”.

El Consejo de Seguridad Nuclear recibió el Premio Caballo de Atila por servir a los intereses de la industria nuclear y emitir un informe favorable a la reapertura de la central de Garoña, “sin que sus propietarias hayan resuelto los problemas de seguridad que presenta la obsoleta central”.

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