viernes. 19.04.2024
Resineros-de-Hontoria
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Los sindicatos

Con la llegada de la Segunda República, la clase obrera, aunque poco estructurada debido al atraso económico, a la miseria material y por la escasez de industria, sindicalmente se vigorizó.

Ya en 1919 la Sociedad Protectora del Obrero de Salas de los Infantes solicitó al ayuntamiento un local para la formación y socorro mutuo junto con la Sociedad Agraria, que facilitaba préstamos y seguro a los agricultores, además de impulsar el regadío. La sociedad obrera “El Porvenir de la Sierra” de la Casa del Pueblo de Quintanar de la Sierra en el año 1927, durante la Dictadura de Primo de Rivera, reivindicaba al ayuntamiento que

«Se haga fijar en todos los escaparates de los comercios los precios por que haya que regir en los artículos de primera necesidad.

Legalizar y hacer cumplir con exactitud que rijan las pesas y medidas que marca la ley.

Que se examine con celo toda clase de comestibles, frutas, bebidas y de más artículos que se dan a la venta.

Que la junta de sanidad examine detenidamente el exterior o extrarradio de la Villa».

Y esta misma sociedad ante la patronal maderera arguyó en 1928

«Que estamos a trabajar las ocho horas sin rebaja de salario.

Que de trabajar una o más horas de las ocho sean extraordinarias y por lo tanto abonadas con sus derechos con arreglo a la ley.

No consentimos que ningún Patrono coaccione a ningún obrero sin causa justificada como tampoco consentiremos que ningún obrero abuse del trabajo».

Los diversos decretos del Ministro de Trabajo, Largo Caballero, fueron motivo para que se crearan sociedades de trabajadores en varios pueblos de La Sierra en los años 1931 y 1932. El aumento espectacular de la afiliación a organizaciones políticas y sindicales fue uno de los rasgos de la época.

Varias de las sociedades de trabajadores se agruparon en el sindicato Trabajadores de la Tierra, que estaba federado en la Unión General de Trabajadores (UGT). En 1931 se creó la sección provincial de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza, integrada en la UGT. Se tiene constancia que 7 maestros del partido judicial estuvieron afiliados a la UGT. Este era el sindicato más implantado en la enseñanza. Parece ser que los trabajadores del ferrocarril Santander-Mediterráneo de afiliaron sindicalmente a la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).

Los sindicatos CNT y UGT exigían que para poder ser contratados en las obras de la construcción el carné de afiliación a un sindicato. La sindicación fue una medida de presión para los obreros pues en ciertos ayuntamientos solo se contrataban en empleos municipales a los que se hallaban afiliados a algún sindicato, casi siempre la UGT. Agustín Íñiguez solicitó una plaza de guarda forestal del ayuntamiento de Quintanar de la Sierra y no se la admitieron porque no estaba afiliado a ninguno.

A las sedes de las agrupaciones políticas del Partido Socialista Obrero Español se la denominó Casas del Pueblo. En ellas se establecían todas las sociedades de obreros federadas en la UGT y se daba información a trabajadores y, a veces, servían como lugar de encuentro social y de esparcimiento. Algunas se ubicaban en viviendas particulares o tabernas. Funcionaban también con una especie de economato para los socios para proporcionarse víveres más baratos.

Existieron Casas del Pueblo en Barbadillo del Mercado, Canicosa de la Sierra, Espinosa de Cervera, Huerta de Arriba, Mamolar (16 a 18 afiliados), Moncalvillo, Monterrubio de la Demanda, Riocavado de la Sierra, Huerta del Rey y Arauzo de Miel (25 afiliados entre los dos pueblos). En Regumiel de la Sierra existió la Sociedad de Obreros Madereros, llamada Sindicato, que contaba con 36 afiliados y funcionaba un economato en casa de Paulino Abad; en Salas de los Infantes, la Sociedad de Oficios Varios con 20 afiliados, la Sociedad de Oficios Varios con 15 afiliados y la Sociedad de Empleado Municipales con 2 afiliados; en Hontoria del Pinar, la Sociedad de Obreros Resineros con 48 afiliados organizada por Salomón Ortega Sanz; en Palacios, la Sociedad de Obreros Varios con 38 afiliados; en Vilviestre del Pinar, la Sociedad Obrera con 50 afiliados; en Quintanar, la Sociedad “El Porvenir de la Sierra” con 70 afiliados y también funcionó una cooperativa maderera con miembros de la Casa del Pueblo; y en Castrillo de la Reina, la Asociación de Trabajadores de la Tierra (sindicato socialista de jornaleros).  Tres vecinos de Gete estuvieron afiliados a UGT.

La Sociedad de Trabajadores de la Tierra de Castrillo de la Reina presentó en junio de 1936 un escrito a la comisión gestora del ayuntamiento para que se cumpliera la ley.

«Que habiendo llegado a conocimiento de esta junta directiva que D. Víctor Santodomingo va a abrir un trabajo en este término municipal se le obligue a cumplir las bases de trabajo y las leyes sociales promulgadas.

Que habiendo en esta Sociedad varios obreros asociados en pleno paro forzoso se le obligue a dicho Víctor a tomar o pedir a esta sociedad todos cuantos obreros necesite y de lo contrario lo pondremos en conocimiento del Delegado Provincial de Trabajo haciéndole a Ud. responsable por no haber hecho cumplir dichas leyes promulgadas sociales».

Propuso al ayuntamiento, esta sociedad, en junio de 1936 que trajese las aguas por la insalubridad de fuentes y albercas, como focos de contagio de la tuberculosis.

Más de 150 carteros y peatones rurales de toda la provincia de Burgos se reunieron en noviembre de 1932 en Quintanar de la Sierra para organizar un comité provincial.

El 17 mayo de 1936 se clausuró el II Congreso de Trabajadores de la Tierra en el Coliseo Castilla de Burgos que se hallaba invadido por las representaciones de los pueblos y «en el que se dieron diversos vivas y mueras». El veterinario Mateo Peraita de Barbadillo de Herreros facilitó un vehículo de su propiedad a elementos del Frente Popular de Riocavado de la Sierra para su asistencia. El Secretario General de la Federación dijo al cerrar el evento que el ministro «Largo Caballero si no asistió personalmente, se encuentra en el espíritu de estos actos de los trabajadores del campo burgalés». [...] Al concluir el acto se organizó una manifestación, en la que formaron más de 150 banderas de las secciones de los pueblos de la provincia».

Las huelgas no estuvieron ausentes. En julio de 1918 los obreros de las dos fábricas de sillas de lujo de Barbadillo de Herreros volvieron al trabajo después de tres semanas de huelga al aceptar el ofrecimiento el aumento del quince por ciento de su sueldo. La fábrica de Estanislao Medrano de Palacios de la Sierra «en 1929, se enfrenta a las protestas laborales y las huelgas se hicieron habituales con la llegada de un obrero conocido por El Cubano [Miguel Marcos Lucas]. Reivindicaban mejoras laborales protestando para reducir la jornada de diez horas diarias a ocho». Según la guardia civil de Quintanar de la Sierra, Pedro Simón (futuro alcalde) «fue el autor de algunas huelgas que hubo en Palacios, su pueblo donde hacía ver a los obreros que la fábrica de aserrar maderas de Estanislao Medrano Gil había de ser para ellos».

El propio Estanislao Medrano denunciaba años más tarde:

«Me irrogaron grandes perjuicios, incendios, traslado de mis fábricas a Salas motivados por repetidas huelgas, en las que las peticiones, ya entonces, no era de reivindicación sino de franca revolución comunista».

Pero para el que fuera durante un tiempo secretario del ayuntamiento de Palacios de la Sierra Tomás Medrano Lázaro

«ciertas huelgas planteadas en Quintanar y pueblos limítrofes, ha sido él [Estanislao Medrano] el cabeza principal de las mismas obligando con su actuación a trasladarse a varios vecinos, familias e industrias a otros pueblos».

Medio centenar de obreros de Hontoria del Pinar, afiliados a la Sociedad de Obreros Resineros (UGT), y de los pueblos de alrededor permanecieron en huelga durante seis días en 1932 para exigir subidas salariales y el cumplimiento de las normas emanadas de los jurados mixtos provinciales. Consiguieron un convenio con la Unión Resinera Española con mejoras económicas.

En el año 1935 se apunta un conflicto en la construcción de la carretera de Riocavado a Pineda de la Sierra «donde trabajan 120 obreros, que intentan declararse en huelga por el incumplimiento de alguna base por parte del contratista, aunque el jurado mixto de Obras Públicas remedia el asunto».

La construcción de los pantanos cercanos fue fuente de problemas sociales. Hay que reseñar una huelga de los obreros del pantano de La Cuerda del Pozo en Soria (en el que trabajaban serranos) de un mes de duración en 1931. Los obreros consiguieron bajar la jornada laboral de 10 a 8 horas, subir el jornal de 4,80 a 6 pesetas y una indemnización. En el de Ortigosa de Cameros (La Rioja) en 1934 se declaró una huelga “en señal de duelo por la muerte del compañero de trabajo al hacer explosión un barreno” y otra en 1936. La convocatoria de huelga será firmada, entre otros, por Pedro Bernabé Heras de Barbadillo del Mercado. Fue secundada por 400 obreros. Tras un mes de huelga se acordó: trabajo de 48 horas semanales, readmisión de todos los trabajadores y aumento del 10 por ciento en los salarios.

Las manifestaciones del 1º de mayo

Con la llegada de la República la fiesta del 1 de mayo tuvo carácter reivindicativo para la clase obrera y fue motivo para hacer manifestaciones de apoyo al obrero.

Multitudinaria fue la celebrada el 1 de mayo de 1936 en Palacios de la Sierra. A las nueve de la mañana, el pueblo en masa, acompañado de sus dulzaineros, precedido de todos los niños recorrió todas las calles. El recorrido terminó en la Plaza Mayor donde el alcalde Pedro Simón desde una plataforma desarrolló en un discurso lo que significaba el Primero de Mayo, las vicisitudes por las que había tenido que atravesar el obrero para lograr algunas reivindicaciones y los impedimentos que ponían los gobiernos para celebrar estas manifestaciones. Intervino después Justino Domínguez discurseando sobre el obrero; el farmacéutico se lamentaba de que hubiera españoles que consideraban a la República como un peligro; el secretario soñaba con una república federal que evitaría privilegios; el vecino Gabriel Marcos señaló que la implantación de la República había sido un gran triunfo para mejorar la nación; Mariano Lucas exponía su experiencia en Estados Unidos y detallaba las ventajas de que gozaban sus ciudadanos y el reconocimiento de los derechos de los obreros; y Domingo Hernández apuntaba los sinsabores que habían pasado «los mártires de la causa de la República» y el desenlace de los jóvenes Galán y García Hernández. Fue tan grande el evento que «jamás se vio cosa parecida». No asistieron a la manifestación los 3 concejales monárquicos.

En la noche de la víspera del 1 de mayo de 1932 el alboroto de unos jóvenes de Quintanar de la Sierra, entre los que se encontraban Esteban Pablo María y Cayo Andrés González, “degeneró” en vivas a la bandera roja. El ayuntamiento les multó por ello con 5 pesetas creyendo que aludían a la bandera comunista. Tras la declaración del presidente de la Casa del Pueblo la sanción fue anulada ya que se referían a la bandera socialista.

Con los sucesos revolucionarios de Asturias de 1934 las celebraciones del Primero de Mayo y manifestaciones reivindicando mejoras salariales fueron prohibidas en los pueblos argumentando motivos de orden público. Pero volvieron a ser consentidas con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936.

En la Fiesta del Trabajo del 1º de mayo de 1936 el gobernador realizó un acto institucional en el ayuntamiento de Salas de los Infantes donde tomó la palabra Arsenio Martínez, presidente de Izquierda Republicana de esta localidad. No hubo manifestación reivindicativa, sino que se celebró con «dianas, pasacalles y bailes».

En este día del 1 de mayo de este mismo año coincidían las fiestas del Día del Trabajo y la romería de Revenga, comunero de Canicosa de la Sierra, Quintanar de la Sierra y Regumiel de la Sierra. En Quintanar miembros de la casa del pueblo dieron un pasacalle por la mañana cantando con las banderas. Frente a la ermita de Revenga celebraron una manifestación con banderas rojas del partido socialista y republicanas. Trataron de interrumpir la celebración de la misa lo que fue impedido por la guardia civil sin que ocurriese el menor incidente más en la mañana. La campa de Revenga hacia las seis de la tarde

«fue escenario de un brote de violencia, provocado por elementos afines a los grupos derechistas, protegidos y secundados por la Guardia Civil, cuerpo al servicio de los intereses de la capital. Se produjeron fuertes altercados, entre estos y las Juventudes Socialistas, a quienes arrebataron sus banderas para pisotearlas. Al repeler esta agresión, la Guardia Civil actuó con gran contundencia contra las Juventudes Socialistas. Tras esta tensión, se terminó la fiesta en paz, no dando importancia a la trifulca pensando con cierta lógica que al finalizar esta clase de romerías donde la mayoría incluso los bebedores más moderados hacen abuso de alcohol, dando lugar a que algunos se exciten y pierdan la calma, dejando traslucir pasiones que en estado normal se reprimen. Las consecuencias que de estos sucesos se derivaron fueron funestas. Los esbirros fieles seguidores de las doctrinas y consignas del líder de la CEDA, D. José María Gil Robles, no fueron capaces de olvidar y mucho menos la Guardia Civil. Guardaron su rencor que lo pusieron de manifiesto al pronunciarse el Alzamiento Nacional».

Otra versión de los hechos de la tarde de la romería la dio el comandante del puesto de la guardia civil de Quintanar de la Sierra.

«Se originó un alboroto orden público promovido por el teniente de alcalde [de Quintanar de la Sierra] que era entonces del Frente Popular apodado “Taconeras” [Atanasio Pablo Andrés] tratando de agredir al declarante [Isidoro Heras Molinero] y fuerzas a sus órdenes que con motivo de celebrarse la citada romería habían acudido a mantener el orden público, lo que pudo evitarse gracias a la acertada intervención y serenidad del que declara que era el que mandaba las fuerzas... Estos hechos ocurrieron a las 18 horas… Hartos de beber y con ganas de provocar fue lo que dio origen a la alteración del orden público por la tarde».

Aquilino Peñaranda González, alcalde de Quintanar, debió tener una actuación de apaciguamiento del tumulto y pudo convencer a los sindicalistas y llevarlos de regreso al pueblo campo a través con la condición de que no salieran en toda la noche de casa. La guardia civil no instruyó atestado del incidente.

El primero de mayo del 36 se «celebró en Barbadillo de Herreros un mitin y gran manifestación (que llevó la gestora no sé con qué medios) con banderas y un entusiasmo delirante, con los vivas y mueras de rigor de esa gente». En Huerta de Rey Mariano Muñoz Boal encabezó la manifestación en el pueblo portando una bandera roja (socialista, según su declaración) dando gritos de: «¡Vivan los trabajadores! ¡Viva Rusia! ¡Viva Largo Caballero!». «Los resineros de Arauzo [de Miel] aprovecharon el Primero de Mayo para reivindicar mejoras salariales». También se manifestaron en esta fecha obreros en Palacios de la Sierra. La guardia civil declaró de Narciso Martínez de Riocavado de la Sierra que el primero de mayo de 1936 «trató de excitar los ánimos de sus correligionarios con el propósito de lanzarse contra el alcalde y demás elementos del orden porque habían permitido trabajar y ser la llamada fiesta del obrero». El alcalde Hontoria del Pinar multó a los que trabajaron este día.

DOCUMENTOS CONSULTADOS

ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO de Quintanar de la Sierra. BENGOECHEA, Alberto; Historia de Salas II. DIARIO DE BURGOS de 31/7/1918 y 5/5/1931. Expediente del Tribunal de Responsabilidades Políticas de Mariano Muñoz Boal. Informe de depuración del maestro Francisco Calderón Soto de Monterrubio de la Demanda. GIL ANTÓN, Vicente; en ROJAS RUIZ, José María; Memorias del abuelo. En Medio de Abril, 2012. GONZÁLEZ CALLEJA, Eduardo [et al.]; La Segunda República, 2015.  Juicios militares de Canuto Santamaría Expósito, Mateo Peraita Lerena, Tomás Medrano Lázaro, Pedro Simón Llorente, Narciso Martínez Antolín y teniente de la guardia civil Julio Martínez Hernaiz. PALACIOS GONZALO, Antonio; Exterminio y represión en el sur de la provincia de Burgos. Inédito. SORIANO JIMÉNEZ, Ignacio C, [et al.]. El anarquismo en Burgos. Fundación Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2015.

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Memoria Emparedada. La Segunda República en el `Partido Judicial de Salas de los...