jueves. 28.03.2024

El Museo de los Dinosaurios y la sonrisa de Cabiria, por Lucio Alonso Marquina

Muchos de los lectores recordarán, sin  duda, la película más emblemática del neorrealismo italiano de comienzos de los sesenta: “Las Noches de Cabiria”.

En este drama de Federico Fellini, Cabiria es una prostituta de los burdeles de  Roma ingenua y soñadora. Un día, aparece en su vida el hombre que, presumiblemente, va a ser su redentor y la esperada ilusión de un futuro mágico y placentero.
 Para el inicio de tan anhelado  porvenir, Cabiria vende sus escasas pertenencias y ambos deciden escapar de la gran ciudad. Pero el “avieso redentor” roba , maltrata y abandona a la protagonista en una pequeña población cercana.  En la secuencia final del film,  ésta, vejada y compungida , regresa andando hacia la capital en los umbrales del día.  En el trayecto,  una cuadrilla de jóvenes excursionistas, entre risas y carantoñas,  realiza cabriolas  con las  motocicletas a su alrededor  y, cuando se van, Cabiria (espléndida Giullieta Masina ) eleva la mirada al horizonte y esboza una leve sonrisa de esperanza.
 Y así están nuestra ciudad y nuestra comarca: vejadas y abandonadas por las administraciones. Durante lustros, sus pobladores han esperado y anhelado la realización de los  proyectos aprobados tales como las ampliaciones del Centro Sanitario y del Instituto de Segunda Enseñanza, del desvío de la Carretera Comarcal a Los Pinares o……… de la construcción de un nuevo Museo.
Por ello, la noticia publicada hace unos días en estas mismas páginas, sobre la “disposición” de la Junta de la Comunidad de construir un nuevo Museo de los Dinosaurios, ha conseguido  inhalar en los salenses  una pequeña dosis de  esperanza y esbozar una sonrisa, tan leve como la de Cabiria. Tan leve y, en mi opinión, de esperanza tan eventual como poco creible.
Para corroborar mi opinión, no basta sino mirar al calendario y comprobar los meses que restan para las elecciones municipales y autonómicas. Esas vísperas, suelen coincidir con grandilocuentes promesas y ( solo en escasas  ocasiones ) algunos  actos de contrición de los políticos. Promesas, que después se lleva el tiempo,  mientras los proyectos ennegrecen y se pudren en el fondo de  los cajones o en el trasfondo de las manifestadas decisiones y las cabezas de los sufridos votantes se blanquean, como los picos  de La Demanda en los crudos inviernos de la sierra.

 Lo cierto,  es que las nuevas recuperaciones de fósiles  del admirable Colectivo Arqueológico de Salas ( CAS ), encabezado por Fidel Torcida , han resultado espectaculares y han recibido un  alto reconocimiento mediático. Cierto también  que se ha tomado conciencia de los muchos beneficios que la construcción de un nuevo Museo reportaría a una zona tan deprimida como la nuestra.  Así, el “Carpe Diem” que decía Horacio  ( Aprovechar el momento ), resulta ahora de rabiosa actualidad.
Pero si. una vez más,  las expectativas  resultan defraudadas  y las promesas de los políticos  se ven  frustradas, estoy seguro  que la gente de Salas va a descargarse de la mochila de la abulia y del  conformismo y castigará a  unos representantes que han llevado  a nuestra ciudad a las cotas más bajas de toda la democracia.
Mientras tanto,  mantendremos la sutil sonrisa de esperanza de Cabiria.

LUCIO ALONSO MARQUINA

El Museo de los Dinosaurios y la sonrisa de Cabiria, por Lucio Alonso Marquina