martes. 16.04.2024

No busquemos culpables, por Julián Chapero

  Los españoles, en general, tenemos la manía o el vicio de culpar siempre a los demás de todos los errores y desgracias.

 Nunca nos paramos a pensar en nuestros propios comportamientos o actitudes.  Resulta fácil instalarse en la exigencia y la difamación sin  estar dispuesto a dar un paso al frente por los demás. Quizá algún día aprendamos a ser  ecuánimes y autocríticos.     
  Si bien es  verdad que se han cometido hechos deleznables, no es menos cierto que siempre hemos sufrido abusos y corruptelas, en más o menos escala,  tanto  en pequeños  municipios como en las ciudades y hasta de los propios gobiernos de turno.  Todo ello, ha sido  y es  fruto de la   miseria humana que  perdura a través de los siglos. En modo alguno pretendo justificar ese tipo de conductas, pero ni con agresividad verbal ni con violencia se corrigen. Es cuestión de pedagogía guiada a recuperar  los valores perdidos, a disminuir la crispación y a invertir la expresión de Machado hasta conseguir que sean nueve los que piensan y uno el que enviste. 
                      Si buceamos  en  ese campo de la desvergüenza, resulta curioso el silencio respecto a la designación de “cargos  de confianza” en la función pública que, sin duda, va en detrimento de los funcionarios de carrera y avala el obscurantismo. Y poco se dice del “enchufismo descarado”, o de utilizar el procedimiento de “concurso” en vez de la subasta a la hora de adjudicar obra pública. Estas prácticas pueden gozar de legalidad,  pero son el origen del abuso interesado.  
  La otra realidad es que en esta España nuestra,  a pesar de la crisis económica y de la brutal cifra de paro,  se vive mejor que en el resto del mundo. Luego, alguna virtud tendremos sus moradores. Así pues, sería conveniente reflexionar sobre nuestra historia, pensar en positivo y   trabajar  en  aquello que  somos capaces de hacer desde la sensatez y la coherencia.  Hasta es posible conseguir que algunos políticos colaboren y  aprendan  a    servir y no a  servirse.  
  Decía mi progenitor: “Nadie da duros a cuatro pesetas.  Para repartir, primero hay que tener.  El carro solo se mueve empujando todos en la misma dirección”. Pura y simple sabiduría popular.
   Pues bien, conforme se observa en tertulias, debates, prensa y mentideros, estamos viviendo un momento político especial, delicado y trascendente.  Si algo hemos podido descubrir en estos seis meses de despropósitos cometidos por la clase política, son las intenciones y capacidades de cada uno de los partidos. Nadie se puede llamar a engaño. Nuestro futuro dependerá, sí o sí, de ellos. Luego, a partir del día 26 de junio actual, no busquemos culpables. La responsabilidad será tuya y mía.
        Vilviestre del Pinar, 16 de junio de 2.016.

                                       Fdº.  Julián Chapero Vicente.
                                                DNI. 13261374B.

No busquemos culpables, por Julián Chapero