Aumentan los préstamos para hacer frente a gastos familiares
Aunque no existe un registro oficial que ofrezca datos sobre el total de préstamos que se solicitan cada año en España, los profesionales del sector financiero hablan de un incremento notable en el número de clientes que piden financiación particular cada año.
En la actualidad, se considera que los españoles están a la cabeza de Europa en la solicitud de microcréditos. Además, tanto las hipotecas como los préstamos personales mueven miles de millones al año en nuestro país.
Un cambio de tendencia en la solicitud de los préstamos
Es importante destacar que, desde la banca española, se establece un significativo cambio en las motivaciones de los solicitantes, que ya se ha convertido en una clara tendencia.
Hace unos años dar el paso para pedir financiación era algo muy reflexionado y generalmente dedicado a grandes gastos como la compra de una vivienda o un coche. De hecho, muchas personas optaban por ahorrar para evitar tratar con el banco, por miedo a enfrentarse a conceptos como el interés, los plazos de devolución, etc.
En estos últimos años, sin embargo, es cada vez más habitual acudir al banco para solventar problemas económicos inesperados en el día a día: reparaciones de coches, viajes, celebraciones familiares… Son tan solo algunos de los motivos que están detrás de la mayor parte de solicitudes.
Por supuesto, entre los grandes motivos para solicitar financiación en estos momentos se mantienen las adquisiciones de vivienda, el pago de estudios o el inicio de proyectos empresariales, si bien ya no son las únicas circunstancias que motivan a los clientes y cada vez son más los detonantes de estas solicitudes.
La facilidad de gestionar las finanzas gracias a Internet
El nuevo escenario financiero en España tiene mucho que ver con la manera en la que ha cambiado la forma en la que las personas se relacionan con la banca en la actualidad.
Internet, las páginas web y las aplicaciones móviles han acercado muchísimo los bancos a las personas. Hace tan solo un par de décadas, cualquier gestión bancaria pasaba por acudir a la entidad, solicitar cita y reunirse con los banqueros.
Sin lugar a dudas, esto suponía una gran frontera para decidirse a solicitar el préstamo. Entre las personas menos habituadas al lenguaje financiero existía un miedo irracional a acudir a estas herramientas que mejoran el flujo de capital en sus cuentas.
En la actualidad, la posibilidad de llevar la banca en el móvil, operar online para casi todas las operaciones e incluso poder solicitar los préstamos personales en tan solo unos segundos ha democratizado el acceso a la financiación.
En ese sentido, los usuarios lo tienen más fácil a la hora de calcular plazos y mensualidades: pueden pensar las distintas vías que tienen sin la presión de estar ante el profesional de la banca y tener el control sobre el estado de su economía hasta finalizar la devolución del préstamo.
Además, esta fluidez a la hora de trabajar con los ahorros, gastos e ingresos, ha mejorado notablemente la cultura financiera de los españoles, que actualmente se consideran mucho más capaces de manejar conceptos como la deuda, el interés o la amortización.
La conclusión directa en el ámbito de los préstamos es que son vistos como una herramienta útil, accesible y que no debe ser algo excepcional.
La banca sigue siendo el espacio de confianza de los usuarios
No hay que dejar de lado el hecho de que la digitalización ha propiciado la aparición de sistemas de financiación alternativos a la banca tradicional. Empresas que ofrecen créditos rápidos y capital privado regulado se han convertido en opciones que compiten con las ofertas de financiación de los bancos.
Pese a ello, en la mayor parte de los casos los usuarios continúan confiando en su banco de toda la vida para obtener un préstamo. Esto es así debido a la sensación de seguridad que ofrecen las siglas conocidas, así como una trayectoria solvente y más o menos conocida por el cliente a lo largo de los años.
Además de ello, las distintas entidades que operan en España han flexibilizado cada vez más sus condiciones para adaptarse al perfil de un amplio rango de usuarios. Entre los puntos más destacados en la actualidad se encuentran:
- Largos periodos de amortización.
- Concesión de grandes o pequeñas cantidades.
- Entrega única del capital.
- Operativa a través de las aplicaciones móviles o las webs corporativas de los bancos.
Los préstamos verdes: una mirada hacia el futuro
Los bancos también muestran su perfil más preocupado por el mundo en el que viven. Por eso, desde hace unos años han comenzado a lanzar una serie de opciones de financiación conocidas como préstamos eficientes o préstamos verdes.
Estos son unos productos que buscan incentivar el gasto familiar y empresarial en inversiones que, a su vez, se centren en mejorar el entorno y en cuidar el ecosistema.
Aunque parezca una idea abstracta, es fácil entenderla si se pone en contexto: estos préstamos se otorgan para cubrir acciones que se centren en mejorar la eficiencia económica de los hogares o en los transportes.
Llevándolo al terreno de lo real, los préstamos de eficiencia energética se ofrecen cuando se van a instalar placas solares, se va a comprar un vehículo eléctrico o se va a apostar por una estructura de aerotermia para climatizar una oficina.
También se contemplan decisiones que suponen una inversión menor, como la automatización de sistemas de encendido y apagado de iluminación led, la incorporación de electrodomésticos tipo A++ y A+++ o la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos.
En estos casos, los bancos ofrecen condiciones especiales para llevar a cabo el préstamo. Por ejemplo, se fijan los intereses a un tipo reducido, para que la financiación cueste menos a la persona que pide el dinero o se adaptan todavía más los plazos para amortizarlo.