¿Matan los desguaces de Burgos el negocio de los recambios nuevos? La convivencia de los dos mercados
Ante la gran cantidad de desguaces que hay en la provincia de Burgos, surge una pregunta recurrente que pone en tensión a todo el sector: ¿la creciente popularidad de los recambios de segunda mano, ofrecidos por los desguaces, está asfixiando a la venta tradicional de piezas nuevas?
La respuesta, lejos de ser un simple "sí" o "no", se encuentra en el entendimiento de que estamos presenciando no una guerra, sino una convivencia estratégica entre dos mercados que, aunque parezcan opuestos, en realidad, son complementarios. Porque los desguaces de Burgos, también llamados Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), no están diseñados para competir frontalmente con el canal oficial, sino para ocupar nichos de mercado donde la pieza nueva es inviable, inaccesible o, sencillamente, antiecológica.
El efecto de la demanda y el precio: la brecha inevitable
Lo primero que debes saber es que, el principal motor que impulsa el mercado de los recambios de desguace es, sin duda, la economía. Ante una avería, el consumidor español promedio, busca, en primer lugar, optimizar su gasto.
Una pieza recuperada de un desguace puede costar entre un 50% y un 80% menos que su equivalente nuevo. Por lo tanto, en reparaciones de alto costo, como puede ser un motor, una caja de cambios o un elemento de carrocería extenso, esta diferencia es insalvable para el canal oficial.
Por ejemplo, si un motor nuevo para un modelo familiar cuesta alrededor de 6.000 €, el mismo motor recuperado de un CAT (con garantía) puede encontrarse entre 1.500 € y 2.000 €. Si hablamos de vehículos con más de 8 o 10 años, esta diferencia convierte la reparación en algo factible, mientras que el reemplazo nuevo forzaría el desguace del coche.
Además, el desguace atrae, principalmente, a aquellos propietarios de vehículos con una antigüedad media alta, porque estos autos ya no tienen un valor residual que justifique la inversión en piezas nuevas de alto costo.
El nicho de la exclusividad y el lujo
Pero incluso en el sector premium, los desguaces cumplen una función vital. Si bien la demanda de los componentes es menor, la exclusividad del mercado es máxima. La venta de motores Porsche de segunda mano, por ejemplo, permite a los talleres especializados dar servicio a modelos que, o bien, están descatalogados, o cuyos motores nuevos tienen un precio prohibitivo que solo se justifica en vehículos de colección.
La convivencia: donde el desguace es el gran aliado
Como verás, lejos de ser enemigos, ambos mercados se complementan perfectamente, actuando en beneficio del consumidor y del medio ambiente.
El factor 'descontinuado'
El primer gran nicho que cubren los desguaces burgaleses es la disponibilidad de piezas descatalogadas. Los fabricantes tienen una obligación legal limitada a mantener un stock de recambios durante un tiempo determinado (generalmente 10 años) desde el cese de producción del modelo.
Cuando termina este período, la única fuente de piezas originales es el desguace. Por lo que, el negocio de los recambios nuevos no puede proveer al propietario de un modelo de 20 años que necesita un faro o una centralita específica. En este punto, el CAT no es competidor, es el único proveedor posible.
El factor 'suministro' y la crisis global
Por otra parte, las recientes crisis de suministro global han demostrado que el mercado de recambios nuevos es vulnerable a la escasez de componentes. Durante los picos de crisis, los desguaces podrían ofrecer disponibilidad inmediata de piezas clave, mientras que los talleres oficiales enfrentaban listas de espera, incluso, de meses.
La ética de la reutilización
También está el hecho de que, para los españoles, hoy en día, la sostenibilidad es un factor de peso. Y el sector de los recambios nuevos es internamente intensivo en carbono. En cambio, la reutilización de una pieza de desguace reduce excesivamente la huella de carbono asociada a la minería, fundición y transporte de una pieza nueva.
Tan es así que, el consumidor consciente a menudo elige la opción de la segunda mano no solo por el ahorro, sino por el compromiso ecológico. Esto es algo que el negocio de recambios nuevos no puede ofrecer.
El escenario donde el recambio nuevo gana
Es justo señalar que el mercado de recambios nuevos sigue siendo dominante y esencial en tres escenarios clave:
- Vehículos en garantía: ningún propietario de un coche nuevo en garantía piensa en instalar un motor de desguace, por muy buena que sea la pieza. El canal oficial y las piezas nuevas son obligatorias aquí.
- Piezas de seguridad crítica: elementos de seguridad activa y pasiva (como los airbags, los cinturones o los módulos de frenado) suelen recomendarse nuevos, aunque la ley permite su reutilización bajo ciertas condiciones. El margen de error, en estos casos, debe ser cero.
- Consumibles y desgaste: el desguace no compite en la venta de filtros, correas de distribución, frenos o bujías. Este es el pan de cada día del mercado de los recambios nuevos y la principal fuente de negocio de los distribuidores y tiendas de accesorios.
La realidad es que ni los desguaces de Burgos, ni ningún desguace español, no están matando el negocio de los recambios nuevos; por el contrario, contribuyen a estabilizar un mercado complejo.
Los desguaces garantizan la longevidad del parque automotor más antiguo de forma económica y sostenible, liberando al negocio de los recambios nuevos para que se centre en los modelos recientes, las garantías y los consumibles.
Ambos mercados operan en diferentes segmentos de edad y precio: uno ofrece calidad OEM con máximo ahorro y sostenibilidad (desguaces), y el otro ofrece confiabilidad absoluta y cero kilómetros (recambios nuevos). Así que, en lugar de ser competidores mortales, son eslabones esenciales de un ecosistema que busca un objetivo común: mantener a los vehículos en la carretera de la manera más eficiente posible.