La Comarca como vector de desarrollo

Área recreativa en Huerta de Rey.
Recuperando el mantenimiento de los montes y los puestos de trabajo anexos y dependientes, contribuiremos a mejorar esa gestión forestal, creadora de puestos de trabajo que posibilite el progreso y bienestar de nuestros pueblos y nuestra comarca. 

El desaforado desarrollismo urbano del siglo pasado, la falta de un modelo nacional de desarrollo equilibrado y el uso generalizado del automóvil ha llevado a las grandes urbes a una sobrepoblación y que conlleva los conocidos problemas de contaminación, masificación, acceso a la vivienda, falta de movilidad, etc.

Sirvan estas cifras a modo de ejemplo:

  • 310 horas al año pasamos los españoles, de media, dentro de un coche.
  • 2,5 millones de vehículos circulan a diario por las calles de Madrid.
  • El nivel del mar podría crecer más de un metro en este siglo, según la ONU.
  • El precio del alquiler en Barcelona ha subido un 40 % en los últimos 5 años.
  • 9 de cada 10 personas en Latinoamérica, vivirá en una gran ciudad en las próximas cuatro décadas.
  • Para respirar aire limpio en las ciudades, debería haber un árbol por cada tres habitantes, según la OMS.
  • Hasta 150 kilos de CO2, puede absorber un árbol cada año.

Por fortuna en nuestra comarca de Pinares no tenemos estos problemas, aunque a nuestro pesar, padecemos las consecuencias de la despoblación ya que muchos de nuestros padres y abuelos tuvieron que abandonar los pueblos para buscarse la vida y dar estabilidad y futuro a sus familias

Nuestra comarca de Pinares es una más de las muchas comarcas de la geografía castellana y española que se encuentra en esta situación y, aunque la responsabilidad última esté en manos de las administraciones, todos debemos colaborar a paliar esta situación.

Desde el principio, en Repuebla, hemos mantenido la importancia de “LA COMARCA” en la lucha contra el despoblamiento de los núcleos rurales que la componen.

La recuperación del tejido social rural tiene que basarse en las peculiaridades comunes de los pueblos que componen la comarca y por ello entendemos que todas las iniciativas que se adopten en materias como industria agroalimentaria, ecoturismo, turismo rural, emprendimiento, incorporación de la mujer, discriminación fiscal positiva, deben tener en cuenta nuestro clima, nuestra orografía, nuestra cultura y tradiciones, etc.

Creemos que el elemento identitario más importante de nuestra comarca es el monte y sus recursos.

La madera, la leña, las setas, los pastos, la resina son aprovechamientos tradicionales en los que se ha basado históricamente la economía de nuestros pueblos y así debe de seguir.

Lamentablemente en las últimas décadas y como consecuencia de la despoblación, la mecanización y la globalización entre otras causas, se han perdido muchos puestos de trabajo que históricamente eran realizados por los vecinos de los pueblos (limpias, talas, cortes, arrastres, etc.).  Recuperando el mantenimiento de los montes y los puestos de trabajo anexos y dependientes, contribuiremos a mejorar esa gestión forestal, creadora de puestos de trabajo que posibilite el progreso y bienestar de nuestros pueblos y nuestra comarca. 

Afortunadamente, por el contrario, aparecen nuevos recursos forestales (Biomasa, CO2) de la mano de la lucha contra la contaminación y contra el cambio climático que nos pueden ayudar a conseguir un desarrollo sostenible sin caer en los errores del pasado. Debemos aprovechar los recursos forestales de forma comunitaria, comarcal, todos los pueblos unidos en beneficio de la comarca.

Creemos que es la comarca la que debe canalizar y catalizar iniciativas y proyectos que unan a nuestros pueblos en beneficio de un mayor desarrollo común para todos; de la comarca, de los pueblos y de los vecinos.

La comarca no pude permanecer dormida (que no lo está) y debe prepararse para el futuro inmediato; nuestra identidad comarcal/forestal se debe fortalecer, los pueblos deben generar y facilitar el musculo comarcal.

Preparar nuestros pueblos para esta carrera de fondo es cosa nuestra. Por desgracia, el pueblo que hoy esté dormido, puede que mañana no despierte.

 

                                                                                      Salomón Ortega Muñoz