Las ‘Guerreras’ de Pinares se abren camino en el fútbol femenino con un proyecto que va más allá del deporte

Dieciocho chicas de pueblos como Salas de los Infantes, Vilviestre, Quintanar, Regumiel, Duruelo, Covaleda, Vinuesa y Aranda de Duero. Chicas que disfrutan jugando y que contagian esa magia a toda la afición. Luchan en cada partido “por aquellas mujeres que quisieron jugar al fútbol en otros tiempos y no tuvieron la oportunidad”.

Podría ser un equipo de fútbol más como otro cualquiera, pero nada más lejos de la realidad. Es un proyecto deportivo cargado de ilusión, de sacrificio y de entrega que, además, ha abierto las puertas a un futuro lleno de opciones para las mujeres en un deporte que hasta ahora en la comarca estaba enfocado al género masculino. Se trata de algo que va más allá de un simple equipo de fútbol. Se ha convertido en una familia donde se inculcan valores importantísimos como el compañerismo, la lucha y el saber que, aunque uno nazca en el mundo rural, también se puede llegar alto. Son las chicas del equipo Castroviejo, más popularmente conocidas como ‘Las Guerreras’, un apodo que se han ganado a base de luchar y de hacer partidos para la historia como el último en la Copa Diputación donde, a pesar de ir ganando contra el San Esteban y perder al final del encuentro, consiguieron que el público se emocionara desde el minuto uno.

Son jóvenes de entre 12 y 17 años y si tuvieran que definir con una palabra lo que están viviendo sería ‘ilusión’. “Tenemos mucha suerte de poder contar con un equipo como este y poder disfrutar del deporte que tanto nos gusta. Pero es injusto que todas nuestras generaciones anteriores, nuestras madres, no tuvieran la misma oportunidad cuando eran jóvenes. Estamos muy orgullosas de poder salir al campo cada fin de semana, y en el fondo sentimos que debemos hacerlo bien por todas aquellas mujeres que quisieron jugar al fútbol en otros tiempos y no tuvieron la oportunidad”, señalan Sandra Simón y Carmen Sandoval, dos de las jugadoras.

No lograron la Copa Diputación, pero dejaron momentos para la historia como el gol desde el centro del campo de Carmen Sandoval que dejó a la grada con la boca abierta. “Cuando metes un gol así sientes una alegría inexplicable. Lo mejor de todo es después, cuando te abrazas con tus compañeras. Eso es verdaderamente lo más bonito del deporte”, explica la autora del gol.  

Pero como dice el artífice de todo esto, Rafael de Pedro, lo importante va más allá de ganar, “no nos preocupan las victorias ni las derrotas, nos preocupa la evolución”. Junto a Rafa también está la entrenadora Neiza Tiago. Ambos son quintanaros y las personas que han apostado al máximo por este equipo femenino.

Neiza y Rafa, entrenadores.

Escuela de Fútbol Quintanar

La Escuela de Fútbol de Quintanar de la Sierra, integrada por unos 65 chicos y chicas de todas las categorías, es el organismo que ha hecho posible todo esto junto con la S.D Castroviejo de Duruelo de la Sierra, el lugar donde se juegan los encuentros: el siguiente el lunes 2 de mayo a las 13.15 horas contra un duro rival, el San José.

Rafa de Pedro define a las guerreras como jugadoras con muchas posibilidades: “la ilusión que tengo con este equipo es máxima y es extraordinario ver cómo han partido de cero y con cinco meses de entrenamiento han sabido plantarle cara a equipos con mucho nivel”, explica, animando a que otras chicas de la zona vengan a jugar a fútbol, que entre savia nueva para hacer cantera y crear un proyecto para muchos años”.

Rafa también es un guerrero y lo ha demostrado durante su dilatada trayectoria deportiva como jugador en muchos equipos y como entrenador desde los dieciocho años. Es un apasionado del fútbol y del deporte, y por ello es popularmente conocido en la comarca de Pinares. “He aprovechado mi experiencia para proyectarla aquí en Quintanar, que es lo que más orgullo me da”, confiesa.

Junto a Neiza, -una joven que lleva consigo todos los valores deportivos vistos además desde el punto de vista femenino-, hacen el tándem perfecto para conseguir que las guerreras lleguen muy alto en las próximas temporadas. “Ahora vamos por debajo de la tabla, pero no miramos eso. Miramos como decíamos antes, a dónde podemos llegar en las próximas temporadas”, añade Neiza, para quien en estos meses ha sido muy importante la referencia para las chicas de jugadoras de la talla de Tamara Rubio que salió de la Escuela de Fútbol de Quintanar y jugó en la Arandina, entre otros equipos de categoría, o la covaledense Lucía Rodríguez del Real Madrid. “Siempre están dispuestas a ayudar sea como sea. En el deporte femenino y más en el fútbol hay una solidaridad y una empatía inmensa, porque todas ellas saben lo difícil que fue llegar a donde están ahora y quieren contribuir a vivir el sueño de otras muchas”, añade Neiza.

El apoyo fundamental

Hay que destacar que dentro de este proyecto deportivo, las madres de las jugadoras cumplen un papel fundamental. Acompañan a cada entrenamiento, dos por semana, y a cada partido a sus hijas. Las llevan con sus coches al lugar del encuentro y la solidaridad es máxima entre ellas. “No sé qué haríamos sin su ayuda. No tenemos autobús porque no podemos pagarlo, al no tener patrocinadores, y son ellas, las madres, las que se ocupan de llevar y traer a las chicas. Estamos muy agradecidos, la verdad”, añaden Rafa y Neiza.

Sobre fútbol femenino

Este mes de mayo, la periodista Andrea Menéndez dará una charla en Duruelo sobre fútbol femenino y la importancia de que los pueblos apuesten por él, además de hablar sobre el rol que tienen los padres para que sus hijas puedan hacer lo que les guste. “Anunciaremos la fecha exacta en nuestras redes sociales”, concluye Neiza Tiago.