
El banderazo de salida neutralizada recorrerá las calles de Cilleruelo de Abajo, corazón agrario del Arlanza, antes de lanzar la competición hacia Villafruela y Tordómar, donde los primeros abanicos podrían romper la armonía del pelotón. Camino de Villahoz y Escuderos, la serpiente multicolor atravesará paisajes de viñedos, cereal y bodegas subterráneas que atestiguan la tradición vinícola de la comarca.
La carrera enfilará después Villaverde Mogina y Villaquirán de los Infantes antes de adentrarse en Castrojeriz, hito del Camino de Santiago dominado por su castillo del siglo IX que ofrecerá una estampa televisiva inigualable. El trazado continuará por Villasilos y Castrillo de Murcia, donde las rectas expuestas al viento invitan a encadenar relevos y tensiones estratégicas.
El pelotón girará entonces hacia Villandiego y Yudego, enlazará Villanueva de Argaño y afrontará Pedrosa del Páramo, para llegar a Palacios de Benaber y Las Quintanillas. Sin desniveles decisivos, la velocidad se mantendrá alta, condicionada por posibles ráfagas laterales. Los equipos de los velocistas deberán vigilar movimientos oportunistas a su paso por Tardajos, Villalbilla de Burgos y San Mamés, puntos propicios para cortes selectivos.
En el tramo final, la ruta discurrirá por Quintanilla de las Carretas antes de dirigirse a Buniel, cuya travesía ha sido acondicionada para acoger por primera vez el cierre de una etapa de la ronda burgalesa. Una vez en la localidad ribereña del Arlanzón, la avenida principal ofrecerá una recta de meta de más de 600 metros, ideal para ver a los trenes de lanzamiento desplegar su potencia y dirimir la victoria al sprint.
Compromiso institucional
Con “Arlánzate”, la Diputación de Burgos refuerza su apuesta por la difusión de la Comarca del Arlanza como destino cultural, enológico y natural. La Vuelta a Burgos se erige así en escaparate internacional que combina patrimonio, deporte y medio rural, impulsando la economía local y fomentando hábitos de vida saludable a través del ciclismo.