"Es obvio que en estos últimos tiempos (crisis sanitaria aparte), el mundo del vino ha cambiado en cuanto a calidad y ventas", comenta el sumiller Diego Muñoz, responsable de sala y encargado de la propuesta de vinos del restaurante La Lobita de Navaleno, uno de los baluartes de la gastronomía, Estrella Michelín..
A Diego le delata esa pasión por el vino, y esa persistente curiosidad le lleva a descubrir nuevas “joyas”. Desde su incorporación al equipo de La Lobita en 2003, la bodega del restaurante no ha dejado crecer con una apuesta clara hacia los pequeños productores, sin olvidarse de las referencias históricas.
"En calidad de los vinos, ya hemos salido de casi aquel monopolio que conocíamos de Rioja-Ribera", comenta Dieg, para quien "existen muchas zonas de calidad donde poder disfrutar de diferentes vinos hechos mirando a como lo hacían sus antecesores, sin dejar de mirar al futuro". Entre esas zonas como Cebreros, Bierzo, todas las DO de Galicia, o las del Levante, "son cada vez más demandadas"
El sumiller es consciente de que "las ventas sufren su retroceso en el mercado nacional, si bien la exportación es la que salva en la gran mayoría al sector", lo que hace que gran parte de las bodegas miren al exterior para dar salida a sus caldos.
En el ADN del territorio peninsular está el vino. "Somos un gran país productor de vino, el primero o segundo a nivel mundial según el año, pero quedamos a la cola en cuanto el consumo per-cápita", confirma Muñoz quien recuerda que "no se bebe en las casas como algo cultural, socialmente tampoco,y la cerveza está ganando mucho terreno". Matiza el sumiller: "No debemos olvidar que culturalmente somos un país de vino".
