La ermita del Cañón urge de una actuación inmediata ante el mal estado de suelo, paredes y retablos
20 de septiembre de 2018 (22:30 h.)
Declarada Bien de Interés Cultural en 2015, mantiene un retablo mayor apuntalado con unas maderas, paredes descorchadas, baldosas desgastadas, un púlpito en ruinas y un mobiliario anticuado.
En el exterior, da la bienvenida una avejentada puerta de entrada, canecillos decorados, y un rosetón con ornamentación de figuras esotéricas. Alberga la cruz templaria y la estrella de Sión.Algunos de los visitantes se quedaban perplejos de la pésima conservación del inmueble, en el único día del año en el que permanece abierto a la visita durante prácticamente toda la jornada.
Paredes de piedra descorchadas, baldosas irregulares y en mal estado, el retablo mayor apuntalado con unos maderos, el púlpito de madera abierto y sin cohesión con una peligrosa escalera de acceso, rincones descuidados y, en general, una necesidad urgente de intervención.
La ermita se encuentra situada en un paraje singular, entre escarpados farallones, en medio de un circo kárstico conformado por el río Lobos, y las rocas, en las proximidades de la neolítica Cueva Grande. Pese a ser uno de los conjuntos más representativos y singulares de la arquitectura de Castilla y León, el templo presenta cristales rotos, y ventanucos por las que incluso pueden entrar las aves.
La Junta de Castilla y León declaraba en mayo de 2015 a la ermita de San Bartolomé como Bien de Interés Cultural, sin que durante los últimos años haya sido destino de intervención alguna.