Una nueva plataforma evitará posibles daños al entorno inmediato de La Laguna Negra de Urbión

La Laguna Negra el día de la Travesía a Nado.

La estructura se colocará este verano y se pondrá a prueba con motivo de la Travesía a Nado, el primer domingo del mes de agosto. La medida forma parte de la recuperación ecológica del lago glaciar, uno de los espacios naturales más visitados en Castilla y León.

   
 
 

La Junta Rectora del Parque Natural de la Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión va a colocar este verano junto al Lago Glaciar, con motivo de la travesía a nado, una plataforma flotante para que los participantes salgan del agua a través de ella y no pisoteen los bordes del enclave. Una medida que persigue que el espacio sufra la menor presión posible, en aras a contribuir a la recuperación de su estado ecológico.

Desde hace cuatro años, este espacio natural sufre un episodio intenso de crecimiento algal que provoca la coloración verde del agua, lo que llevó a la puesta en marcha de una investigación para esclarecer sus causas y disponer de datos sobre el proceso de eutrofización.

La Junta de Castilla y León encargó un estudio para saber porqué se producía la eutrofización del agua a la empresa cántabra Ecohydrus, que incluyó una propuesta de medidas correctoras a implantar a corto, medio y largo plazo.

El director conservador del Parque, Óscar Carrascosa, explicó que, en primer lugar, se pretende proteger los márgenes de la Laguna, ya que está constatado que cuanto más se pisotea el espacio más se favorece la proliferación de algas.

“Con la pasarela que se consiguió para impedir el acceso directo al espacio se consiguió rebajar la presión pero hay actividades como la travesía a nado, que reúne a un buen número de personas, que requieren que se tomen medidas de protección”, dijo, para señalar que es un ecosistema “muy sensible y cada vez más, debido al cambio climático”.

En este sentido, recalcó que el pisotear el borde de la Laguna supone remover los sedimentos y que las algas que proliferan obtengan más alimento, y por ello, se controlarán los valores que producen la explosión demográfica del alga.

Además, de esta medida de protección de las márgenes se liberará la carga piscícola, debido a la población de cangrejos señal que fueron introducidos de forma artificial por los pescadores, ya que en su día la Laguna Negra fue un coto de pesca.

También se implementarán dispositivos de monitorización continuada que permitan avanzar en el seguimiento y predicción de los cambios de ecosistema y de las acciones correctoras que se ejecuten así como en el conocimiento de las relaciones causales.

Óscar Carrascosa indicó que el estudio determinó el cambio climático como factor importante en la eutrofización de la Laguna, y agregó que se detectó que cuando no se producen heladas severas en invierno, es decir que se dan temperaturas benignas no propias del ecosistema, aumentan las algas y con ello la fuerte coloración verde del agua.

Asimismo, precisó que el crecimiento intenso algal en este espacio no es solo propio de la Laguna Negra sino que también ocurre en otros espacios similares como en la Laguna de Peñalara en Madrid que presenta un color no propio debido, en este caso, principalmente a la acción humana (presión turística) y la contaminación.

Al margen de estas medidas, la Junta Rectora aprobará a medio y largo plazo un plan con medidas protectoras para recuperar el ecosistema y el estado natural del agua, que la empresa encargada del estudio de investigación planteará en los próximos meses.

La investigadora de la empresa Ecohydros, Tamara Castillo, afirmó que existen indicios de que la Laguna Negra pueda estar sufriendo un cambio de estado trófico, a raíz de los episodios de crecimiento de fitoplancton observados en los años 2016 y 2017.

Tamara considera que, a pesar de que no existe información previa sobre los macrófitos (plantas acuáticas) de la Laguna, la presencia del cangrejo señal es un reconocido factor de presión directa sobre los mismos, que contribuye también al enturbiamiento del agua por remoción del sedimento.

“Ambos factores hacen que haya más nutrientes en la columna del agua, disponibles para el crecimiento del fitoplancton. Cuando este crecimiento es desmesurado se producen esas intensas coloraciones verdes, que son preocupantes no solamente por su impacto visual, sino porque su frecuencia e intensidad son auténticos indicadores de degradación”, considera la investigadora.