A don Pepe Mújica
De mi abuela María Luisa Piernavieja recuerdo su carácter afable, su retranca castellana, su maravillosa mala ostia, su ilusión por vivir y el amor incondicional que sentía por su pueblo. También recuerdo aquellas conversaciones sencillas, que se alargaban amablemente donde ella me espetaba sus siempre certeros consejos y sus demoledoras sentencias. Momentos imborrables. Fantasmas de otro tiempo unidos a aquella casa donde los recuerdos, de otra época, siempre bailaban en los cuadros y en las fotografías que vestían las paredes, cubrían las mesillas y protegían el alma de todos los que allí habitaban. Mi abuela para mí era una bruja maravillosa. Una de esas brujas buenas de luz que siempre estaba ahí para escucharme y guiarme en una vida que apenas comenzaba. Niño atiende me decía. Jamás confíes en las palabras y en los hombres que hablan mucho. Confía únicamente en sus actos decía, porque sus actos definen realmente quiénes son y cuál será su legado en la vida. Y es así. Las palabras se las lleva el viento mientras que los actos permanecen y hablan dejando una huella imborrable y verdadera. Por eso hoy, recordando a mi abuela, quiero dejar aquí constancia del gran respeto y cariño que he sentido en los últimos años por Pepe Mújica. José Alberto Mújica Cordano, nacido en Montevideo el 20 mayo de 1935, fue guerrillero, presidiario, filósofo, escritor y circunstancialmente presidente de Uruguay. Su vida tuvo claros y oscuros y en su muerte, hace apenas unos días, tuvo sobre todo amigos pero también algunos enemigos. Porque así es la vida. Todos no te pueden querer. Pero eso sí, Pepe Mújica luchó y defendió sus ideales y sobre todo vivió cómo dijo siempre que viviría. Un hombre que hablaba con acciones, sencillo, cercano y pobre de dinero pero inmensamente rico de corazón. Su filosofía de la búsqueda de la felicidad en un mundo alejado del consumismo y cercano a las personas dio la vuelta al mundo. Vivió austeramente saboreando la vida siempre cerca de sus amigos, de su mujer, de su perrita, de la naturaleza y de las cosas que realmente importaban. Vivió exportando ejemplo y eso en un mundo desnaturalizado, sucio, maloliente, corrupto y lleno de mierda es algo realmente importante. Se fue un gran hombre, con dus defectos, con sus virtudes, con muchos amigos y algunos enemigos. Se fue, como diría mi abuela, un hombre de acción, de ejemplo, un hombre de verdad. Pepé. Allá donde estés, no pierdas la sonrisa amigo. Descansa en Paz.