domingo. 08.12.2024
La gente de la zona con derechos no percibe ni la mitad de los ingresos que se obtienen por la venta de la madera

Alcaldes de la comarca apuntan la necesidad de evitar que el Gobierno fiscalice la suerte de pinos

Estudian convertirse en una Federación de Municipios para evitar el abuso de Hacienda al sector. De los beneficios madereros, que en primer término soportan los ayuntamientos se destina un 15 por ciento  al fondo de mejora del monte que gestiona la Junta de Castilla y León; un 21 por ciento al IVA por actividad (venta de madera);  un 25 por ciento al Impuesto de Sociedades y una vez que los vecinos reciben su aprovechamiento deben asumir el 19 por ciento de IRPF.

 

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Reunión de alcaldes y representantes locales en Navaleno.

Poblaciones de la comarca de Pinares estudian convertirse en una Federación de Municipios con el fin de exigir al Gobierno que los beneficios de los aprovechamientos forestales queden eximidos de fiscalidad. El alcalde de Canicosa de la Sierra, Ramiro Ibañez, ha reiterado su intención de organizarse con el fin de buscar una fórmula jurídica adecuada para conseguir que el beneficio que los montes de la zona proporcionan a la sociedad "redunde de forma sustancial en la economía local". Por ello, exigirán a Europa que aprueben ayudas directas para los mantenedores de su masa boscosa, es decir una PAC, teniendo en cuenta que el 48 por ciento del territorio de las provincias de Soria y Burgos es forestal, según informa Ical.

Paulino Herrero, alcalde de Navaleno, ha sido el primero en sumarse a esta corriente reivindicativa, y pide al Gobierno, que de primeras,  los beneficios que se obtienen de los montes de utilidad pública de la zona de Pinares Soria-Burgos queden exentos de fiscalidad.  Explica que la suerte de pinos que obtienen los vecinos desde hace 800 años  ha dejado de ser un ingreso significativo, ya que la carga impositiva ha provocado que se detraiga en más de un 50 por ciento.

En este sentido, recordó que el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero prometió en 2006, durante su visita a Puerta Norma en San Leonardo la exención tributaria de los aprovechamientos de los montes comunales y, en concreto, de la suerte de pinos, sin embargo desde entonces la carga impositiva no ha hecho más que aumentar.

En concreto, de los beneficios madereros, que en primer término soportan los ayuntamientos serranos, se destina un 15 por ciento  al fondo de mejora del monte que gestiona la Junta de Castilla y León; un 21 por ciento al IVA por actividad (venta de madera);  un 25 por ciento al Impuesto de Sociedades y una vez que los vecinos reciben su aprovechamiento deben asumir el 19 por ciento de IRPF.

De este modo, los pinariegos no perciben ni la mitad del beneficio de la venta de madera, y la suerte de pinos ha pasado a ser una propina, cuando en la década de los 70 constituía una fuente de ingresos muy significativa para su población.

“En los años 60 y 70 la suerte de pinos era más que un sueldo porque con lo que cobrabas en tres años te comprabas un piso y ahora no cambias ni la lavadora. Hace 40 años los vecinos obtenían  alrededor de 1.000 euros y actualmente 300; todo gracias a la carga impositiva que debemos soportar”, lamenta el regidor de Navaleno.

Ambos coinciden en señalar que los montes de Soria-Burgos tienen unos beneficios como sumideros de CO2, son reguladores del agua y gracias a su relación directa con los vecinos, que lo asumen como algo propio, están  cuidados, limpios y libres de incendios. Es más, son un ‘bosque modelo’ para toda Europa y sus buenas prácticas se han intentado exportar a otras comunidades autónomas como Navarra y Valencia.

Paulino Herrero señala que son los pinariegos los que realizan un “gasto ingente” para que estos “bosques privativos” se gestionen de forma correcta, mientras que el Gobierno, en vez de premiar su labor por la contribución que realizan al resto de España les “grava y les grava” solo con afán recaudatorio.

Ramiro Ibañez, va más allá, y señala que el Bosque Modelo Urbión consiguió la certificación forestal sostenible gracias a la relación entra la persona y el monte y si se pierde ese vinculo de apego no quedará más que un territorio despoblado que sufre, al igual que otros lugares, los temibles incendios.

La madera que se obtiene de los bosques es propiedad, según los alcaldes, de los vecinos que exigen  además de no cotizar en suertes, una aportación por la labor medioambiental que realizan, sobre todo, en la producción de oxígeno. “En vez de premiarnos nos penalizan”, lamenta Paulino Herrero.

 

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