lunes. 09.12.2024
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Ana Tablado tenía claro que la reforma del tejado de su casa en Palacios de la Sierra tenía que pasar por volver al origen, a materias nobles, recursos naturales y a una línea de bioconstrucción acorde con el cuidado del medio ambiente y su forma de entender el ser humano y la naturaleza. Ella regenta la Tienda Mejoranam en la plaza de Palacios,  y está muy comprometida con la alimentación y vidas lo más naturales y sanos.

Manos a la obra,la promotora se puso en marcha con una de las empresas madereras que hace de la materia prima una solución integral para una obra. Maderas Rupérez, de San Leonardo de Yagüe, proporciona las vigas de madera de Pino Soria Burgos, con una exigente certificación forestal, que lleva un proceso de secado natural acorde con la finalidad en construcción, primeramente al aire y después en una nave secadero que permite la entrada del aire, en unos casos, y la caída justa del agua de la lluvia, en otros. También proporciona la tarima machihembrada que se coloca sobre la madera estructural.

 

“Hemos respetado el tejeroz del edificio como adorno y las maderas las hemos colocado como parte de su estructura”, comenta Ana, quien tenía como condición indispensable huir de barnices ni tratamientos químicos, con componentes que pudieran resultar tóxicos. La madera utilizada ha sido introducida en una piscina con ‘sal de borax’, en un tratamiento artesanal, ignifugante e insecticida para la madera.

Sobre la tarima, dos capas de corcho natural, colocadas de forma vertical y horizontal, y sobre estas capas madera de Pino Soria Burgos, pero ya de peor calidad. Las tejas antiguas no se han desechado, sino que se utilizan, colocando debajo la teja nueva.”El tejado está protegido y aislado,y no hay material contaminante”, comenta Ana.

Volvemos al origen. Fran Rupérez, de Maderas Rupérez, nos remarca la importancia de cortar la madera en invierno, la época del año propicia, y de mantener un secado adecuado, “y una vez que ya está seca es cuando no se tiene que mojar”.

Hablamos de las pinturas especiales para madera, de la madera que se abre, de los lasures, de la peligrosidad de la creosota con la que se embadurnaban los raíles de madera del tren para evitar su putrefacción. Ana está en contra de la madera laminada por llevar excesiva cantidad de colas, algo que Fran comparte para la bioconstrucción y como gran defensor de la madera maciza, si bien también la ve como otra posible modalidad a la hora de elegir el material para la construcción.

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Ambos coinciden en que la madera tiene muchas posibilidades y que es un recurso para la construcción “que lo tenemos aquí”. Ana apuesta por materiales sin tratamientos químicos y Fran por una madera que tenga la trazabilidad asegurada.

Orgullosa con su tejado, Ana quiere que cunda el ejemplo y la gente de los pueblos de Pinares utilicen estos materiales y estos sistemas para cubiertas, suelos, paredes y edificios en general.

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De cómo dotar a un casa de un tejado con madera de aquí, sano y sin contaminantes