Varios centenares de personas se han concentrado en la plaza alrededor de las mesas sobre las que se han servido las viandas preparadas por parte del grupo de voluntarios, entre los que se encontraban los homenajeados, a quienes el reconocimiento les ha llegado por sorpresa.
Salas de los Infantes revivía este domingo el rito de la matanza del cerdo, en la decimooctava edición de esta fiesta tradicional.
Como cada año ha sido la Plaza principal escenario y comedor para todos los asistentes.
Para que todo haya salido según lo previsto, se ha contado con la colaboración de muchas personas y entidades, entre ellas el C.I.T. Sierra de la Demanda, el Ayuntamiento de Salas de los Infantes y diferentes asociaciones de Salas y empresas de la zona.
El Remojonero Mayor ha tenido este año dos nombres, los del matrimonio formado por Felisa Ortega Herrera y Juan Benito García Sebastián, colaboradores con el evento desde el inicio de la puesta en marcha de este programa tradicional..
Unos organizan el montaje de las mesas, las parrillas para asar, el reparto de los productos; otros elaboran las morcillas como se hacía antiguamente con el llenado de la mezcla hecha de arroz cebolla y sangre, los hay que trabajan la traída del cerdo, el chamuscado con paja de avena, y el despiece en la escalera de madera, entre otros. Mientras, se están repartiendo las viandas durante una hora y media, sin parar de asar y servir los productos, que se riegan con un buen vino.
Durante la mañana, ya entrada en mediodía y con una lluvia tímida y constante como compañera, se ha consumido chorizo, careta, costillas, panceta y tocino para torreznos. También se ha repartido picadillo, sartenada, morcillas de arroz y harina, además del pan, vino, moscatel y orujo.
La nota de color y de fiesta lo ha puesto el Grupo de Danzas, que ha amenizado el acto bailes tradicionales y trajes típicos.
