
Tras muchos años en proceso y décadas en proyecto, finalmente Barbadillo del Mercado tendrá su museo del juguete. Será gracias a la tenacidad y empeño de Juan Carlos Requena. El vecino de Barbadillo por fin podrá mostrar su extensísima colección de juguetes, de incalculable valor, en un espacio totalmente dedicado a estas creaciones infantiles de todos los tiempos.
El espacio ubicado en la Calle Quintana, a escasos metros de la iglesia de Barbadillo aún no está abierto al público, pero confían en que pueda visitarse antes de que acabe el verano. "Nos gustaría poder abrir las puertas para finales de agosto o primeros de septiembre", explicaba Juan Carlos Requena en una reciente entrevista en Radio Pinares. Lo que les está tocando ahora a los impulsores de esta iniciativa es la organización, habilitando los espacios para resaltar la potente muestra de juguetes gracias a las vitrinas.
Y es que para Juan Carlos, la creación de un museo del juguete es una de sus motivaciones vitales. Lleva coleccionando juguetes desde que tiene uso de razón. Siempre ha tenido especial preferencia por los más antiguos, por esos juguetes españoles de hojalata de los años 40 como los que distribuían desde la fábrica alicantina de Payá. De hecho, este sector juguetero es el que más destacará dentro de la colección. No obstante, en el museo se podrán ver todo tipo de juguetes, haciendo un repaso por la evolución de estos codiciados entretenimientos infantiles a lo largo de las décadas. Además, el museo también abarcará el espacio de los juguetes en otras culturas como la japonesa que desde mediados del siglo XX introdujo el plástico como ingrediente básico de la gran mayoría de juguetes.
En estas últimas décadas, con la normalización de las tecnologías digitales los juguetes han perdido cuota de mercado. Con algo de pesadumbre, Juan Carlos cree que a día de hoy "el juguete prácticamente no existe". Por ello cree más necesario que nunca un museo como éste, donde abuelos puedan recordar sus años de infancia mientras los niños conozcan otras posibilidades de diversión más allá de las pantallas.
El museo, construido sobre los restos de un antiguo pajar, verá la luz durante los próximos meses y añadirá una atractivo turístico más a los ya numerosos que posee la localidad lambrada.