jueves. 25.04.2024

¿Cómo permitimos que usen la despoblación de arma arrojadiza entre partidos?

El vicepresidente de la Junta  de Castilla y León y actual máximo responsable de las políticas para afrontar el reto demográfico en  La Comunidad nos ha dado estos días un claro ejemplo de cómo la política en favor de la repoblación se está convirtiendo en una arma arrojadiza entre partidos políticos.

Representantes de estas formaciones más que el bien y progreso del territorio, buscan su acomodo, estar ahí arriba y seguir en la pomada de donde se toman las decisiones con dinerito de todos.

Francisco Igea, que nos tiene acostumbrados a sus salidas de tono como hemos sufrido durante la pandemia,  no se ha andado con paños calientes, y ha puesto en evidencia la falta de resultados de la Agenda para la Población 2010-2020 al no cumplirse, en su opinión, ninguno de los objetivos específicos previstos.

Estos momentos de gloria del Señor Igea, han tenido días después la venganza de los populares al echar por tierra la reforma sanitaria que enarbolaba la Consejería encabezada por Verónica Casado, afín a lo que queda de Ciudadanos. Donde las dan, las toman.

Este capítulo,- uno más del bochorno a quienes nos tienen acostumbrados varios de los que nos malgobierno-, no pasaría de ser anecdótico en el crispado ambiente en el que se ha enfangado la política, si no se estuviera usando un tema tan grave y de calado tan profundo como es el de las soluciones a la despoblación.

Que no ha habido resultados en toda una década a favor de la repoblación, no nos lo tienen que recordar desde la Junta ninguno de sus dirigentes. Basta con ver la pérdida de habitantes de municipios rurales y urbanos para darse cuenta de que algo, - y yo diría que bastante-, estamos haciendo muy mal.

La Junta de Castilla y León no puede solucionar un problema que no ve. En los despachos de Valladolid no se entiende la situación que vive Tolbaños de Arriba. De lo contrario, no cerrarían los consultorios locales, no permitirían la falta de conectividad que sufren la mayor parte de los pueblos, no clausurarían unidades escolares, y se afanarían para que los servicios llegaran de manera igualitaria y equitativa a todos los rincones de Castilla y León.

Hemos oído al alcalde de Ponferrada pedir una mayor inversión para las zonas peor atendidas de la Comunidad. Pero es que hay varios Bierzos en este desordenado territorio. Y algunos, como es nuestro caso, ni siquiera están catalogados como comarca natural.

Señor Igea, al igual que con su verborrea ha tratado de tirar al suelo las políticas que se han hecho durante esta década contra la despoblación en Castilla y León, dentro de no mucho vendrán otros que a usted le van a afear lo mismo; ya que tampoco se ha hecho nada en este arranque de década, desde que usted tiene responsabilidades en esta materia, y no se va a hacer nada en este tiempo que le resta de sillón, puesto que como político está más preocupado por las puestas en escena que por la marcha de políticas eficaces. Son incapaces de resolver un problema, ya que no saben ni quieren hacerlo. Se merece que salgamos a la calle, y pidamos su dimisión, ya que está denunciando unos hechos de los que, como lo demuestran sus inacciones, es tan culpable como sus antecesores.

¿Cómo permitimos que usen la despoblación de arma arrojadiza entre partidos?