jueves. 02.05.2024

A cumplir con las promesas. Toca trabajar para que el mundo rural tenga futuro

Vamos a quedarnos con lo positivo. Que hayamos tenido a los políticos recorriendo pueblos y comarcas de Castilla y León, hablando con alcaldes y vecinos, visitando comercios, empresas y ganaderías tiene que aportar algo.

 

 

Que esta visita de las comitivas que llegan, pasean, saludan, hablan y se van, se haya realizado en pleno invierno puede aportar una visión más real y certera de la situación que sufren la gran parte de los pueblos de esta Comunidad. Y hay que bucear más en  esa España de las Oportunidades para encontrar las soluciones efectivas.

Al campo, la ganadería, los pueblos…. se les ha metido en un mismo saco. No es la misma situación la que se sufre en un núcleo con servicios para toda una comarca, de los de un pueblo con menos de 100 habitantes censados que se quedan en apenas veinte en estas semanas de febrero. Y si el problema es diferente, las soluciones han de ser diversas.

Hemos oído hablar de conectividad, energías renovables, fondos europeos, planes de industrialización, servicios sanitarios y educación con colegios de tres escolares. Son mensajes que se aprenden los políticos y los van soltando emulando a la siembra de antaño, cuando se dejaba caer la semilla de forma gradual en el surca esperando que germinara.

Y aunque, en el mejor de los casos, haya dinero para ir ejecutando estos compromisos, acaban chocando con la voluntad de intermediarios, administraciones y departamentos con otras prioridades o técnicos que imponen todas las trabas del mundo al desarrollo de estas propuestas. Así las operadoras no consideran rentable llevar la telefonía móvil a las zonas más despobladas, hay médicos que ven como un destierro poco apetecible el destino rural, muchos padres no consideran conveniente un aula con tres niños de distintas edades para la educación de sus hijos o las empresas prefieren un centro logístico junto a una ciudad que invertir en el vacío polígono de un pueblo aunque no se beneficie de ciertas ayudas.

La experiencia nos dice que no sólo vale con la voluntad política sino que debemos de concienciarnos de querer cambiar un rumbo que lleva a la despoblación de muchos territorios. Y aquí no podemos echar la culpa al diputado, procurador o alcalde de turno. Es una cuestión global que a todos nos afecta, y que, desgraciadamente, no solucionamos con meter el voto en una urna.

A partir de este 14 de febrero, unos respiran más a gusto por haber recibido el encargo de gobernar, apoyar a un gobierno o intervenir en una u otra decisión, pero muchos nos quedaremos escamados que, pese a los buenos propósitos, los logros no llegaran con la decisión de unos pocos, aunque pongan todo su empeño en ello.

 

 

A cumplir con las promesas. Toca trabajar para que el mundo rural tenga futuro