La cantante albaceteña hizo un repaso por sus temas míticos y presentó su nuevo disco lleno de ritmo y color metiéndose al público burgalés en el bolsillo con una voz impecable, su cariño y simpatía rodeada de un gran equipo de músicos y su inseparable Bea interpretando sus temas en el lenguaje de signos.
La artista llegó a emocionarse en varias ocasiones recordando los malos momentos pasados por la pandemia y reconociendo la labor de técnicos y personal adjunto que tan desasistidos han estado en estos meses.
Agradeció a los burgaleses su fidelidad y recordó sus inicios tocando en la Rua.
Una organización impecable por parte de Producciones Salas y un público respetuoso con las normas pusieron el broche de oro a una noche estupenda.