Eran la una y medida del mediodía, y ya esperan impacientes en las puertas de la iglesia un variopintio grupo de vecinos de Hacinas, parte de ellos ataviadaos como Comarrajos, manteniendo la indumentaria propia del Carnaval auténtico; otros con los disfraces mas actuales; hay los que se han preparado un disfraz grupal con cartones y materiall diverso, y también están quienes han acudido atraídos por ,a pervivencia de este rito tan curioso.
Tras dar unas vueltas por el recinto que rodea la iglesia, quienes guían a La Tarasca se atreven a dar el salto desde uno de los muros, próximo a la roca. Debido a la intensidad de los movimientos, se llega a descoyuntar la mandibula del amorfo animal que, de repente, se encamina hacia la plaza en persecución a varios de los más jóvenes, y allí hace sus fechorías entre las risas y algo de miedo entre los presentes. Este año, y por parte del Ayuntamiento, se pidió que no se apartaran los vehículos en la plaza para evitar mayores trastornos.
La Tarasca volvió a salir por la tarde en su último recorrido del domingo, con llos Comarrajos acompañando y la gente tentando y soslayando para no ser engullidos por este símbolo del Carnaval de Hacinas, junto con La Curra y Los Comarrajos.
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