viernes. 19.04.2024
CASTROVIDO DE AQUILINO MOLINERO
Castillo de Castrovido (Aquilino Molinero)

hoy en día nadie duda que Almanzor, apodado “el victorioso”, fue uno de los grandes estrategas militares de todos los tiempos. Un general eterno cuyo nombre escribe los libros de historia junto a Rodrigo Díaz de Vivar (el CID), Napoleón Bonaparte, Julio César, Alejandro el Magno, Aníbal Barca, Carlomagno, Escipión el Africano o Wellington. Nació en la preciosa localidad de Torrox en el 938 y murió en Medinaceli en 1002. Estudio en Córdoba, una de las ciudades más bellas y refinadas del mundo en aquella época. Y así durante el califato de Hakam II ocupó importantes cargos administrativos como el de director de la ceca o el de intendente del ejército del general Galib. En el 976, la prematura muerte de Hakam II situó al frente del califato de Córdoba a Hisam II, un niño de tan sólo once años. Circunstancia que Almanzor, hombre decidido y muy ambicioso, aprovechó para hacerse con las riendas del poder. Así, en el año 978, tras haber convertido a Hisam II en una marioneta política y postergado a personajes tan influyentes como al-Mushafí y Galib, se hizo nombrar háyib, una especie de ministro que le permitió gobernar con autoridad absoluta sobre todo el territorio hispanomusulmán. Comenzó expulsando del ejército califal a la mayor parte de los mercenarios eslavos. Con el tiempo habían llegado a convertirse en una verdadera casta de privilegiados en Córdoba. Los sustituyó por 20.000 bereberes valientes y bien entrenados, reclutados por él mismo en el norte de África. Reestructuró sus tropas para terminar con su organización tribal que sólo generaba conflictos. Dotado de una personalidad aguerrida y carismática y de un enorme talento militar, entre los años 977 y 1002 llevó a cabo un total de 56 campañas en tierras cristianas sin conocer la derrota. Por eso recibió el sobre nombre de al Mansur (el victorioso) con el que pasaría a engrosar los libros de historia. Asoló Salamanca (977), venció a los ejércitos coligados de Ramiro III de León, García Fernández de Castilla y Sancho II de Navarra en las batallas de Gormaz, Langa y Estercuel. Saqueó Barcelona, arrasó Coimbra, León y Zamora y castigó Astorga. Sn embargo, su gesta más memorable se produjo el 11 de agosto del 997 cuando destruyó Santiago de Compostela. Sin embargo, aunque no esté escrito en muchos libros de historia, Almanzor sufrió una dolorosa y humillante derrota en 1002 en el paso de Castrovido, tras regresar de una sangrienta aceifa que había destruido, entre otros, San Millán de la Cogolla. Su disciplinada infantería no pudo con la valentía de los guerreros cristianos que protegían el cerro del castillo. Poco después, el gran general moriría en Medinaceli siendo, sin duda alguna, uno de los mejores estrategas militares de todos los tiempos. 

Almanzor "el victorioso" hincó la rodilla en el paso del Castillo de Castrovido