miércoles. 10.12.2025

De los despachos a apostar por la lana de oveja merina y la fabricación de textil nacional

David Ortega, de raíces zumelinas, ha lanzado 'Mesta'; un nuevo proyecto textil que se ha dado a conocer comercializando una manta a base de lana 100% merina y de producción artesanal

Antaño, las ovejas y su lana fueron una de las mayores fuentes de riqueza en los pueblos serranos. Sin embargo, fenómenos como la deslocalización de telares, el éxodo rural o la dureza del oficio de pastor han empujado a que los resquicios de este sector sean testimoniales. Representaciones como la despedida de los pastores en Tolbaños de Arriba o la Fiesta Trashumante de Oncala son algunos de los finos hilos que aún nos atan a nuestra -no tan antigua- historia ganadera.

En medio de este mundo, David Ortega y su socio, Francisco José Ayuso, se han atrevido a volver a poner en valor la lana y la producción nacional, lanzando la nueva marca textil 'Mestas', cuyo nombre ya da pistas de los propósitos de esta firma. Como primera colección se ha lanzado al mercado una tirada de mantas para sofá cuyo proceso de producción ha sido realizado íntegramente en España y únicamente utilizando lana de oveja de raza merina.

Se trata, sin duda, de una bonita historia que pone en valor nuestro pasado textil, pero que además ha sido lanzada por uno de los muchos jóvenes que, pese a no vivir a diario en nuestros pueblos, está muy ligado a esta comarca. En el caso de David Ortega, su familia paterna desciende de Regumiel de la Sierra. "Allí  me he pasado los veranos" nos recuerda el co-fundador de 'Mestas'.

Sin embargo, el resto del año este joven zumelino lo pasaba en Soria. Decidió estudiar Derecho y Administración de empresas, y aunque acabó la formación nunca ha llegado a ejercer. En estos últimos años ha trabajado como interventor municipal en varios ayuntamientos aunque sus intereses , reconoce, están más ligados a la naturaleza y el medio rural.

David Ortega, de 29 años, siempre se ha sentido muy atraído por la ganadería y, en concreto, por la trashumancia. Nunca lo ha ocultado; de hecho, desde hace un lustro su gusto por la fotografía y la escritura le ha llevado a publicar curiosidades e historias de pueblos y personas rurales a través de sus redes sociales. En estos mundos digitales conoció a otro gran apasionado del mundo rural, Francisco José Ayuso, cordobés  de 35 años natural de Hinojosa del Duque, quien ahora es su socio comercial. También, en uno de sus reportajes para redes sociales conoció  la historia de los tres hermanos Pérez, vecinos de Navabellida, pueblo ubicado en Tierras Altas.

Presentación de una de las mantas.                                          Fotografías: David Ortega

MANTAS CON HISTORIA
José María, Basilio y Ricardo han dedicado toda su vida a la ganadería trashumante de oveja merina. Tanto le conmovió esta historia a David que en homenaje a estos tres hermanos que superan las siete décadas de vida y utilizando la propia lana de sus ovejas se ha lanzado esta tirada de mantas de la marca 'Mestas'. Ellos son “el motivo por el que empezamos” reconoce David que al mismo tiempo se muestra apenado por la exlusividad de esta colección: “tristemente estos tres hermanos se jubilan el año que viene”.

Y es que en esta nueva marca nada es casual. Éticamente es un proyecto que surge en homenaje al pasado ganadero, al mismo tiempo que reivindica el presente textil de nuestro país. Es por ello que la manta de Mestas se produce íntegramente en España, aunque para estos emprendedores no ha sido fácil encontrar talleres textiles en funcionamiento dentro de nuestras fronteras. “La industria textil está totalmente deslocalizada”, observa David.

No obstante, han conseguido que el proceso, una vez extraída la lana, comience en la localidad palentina de Paredes de Nava donde se lava el material. El hilado es realizado en Sonseca (Toledo) mientras que el tejido final se traslada hasta en León, Toledo y Cataluña. Su obsesión, además de fomentar la industria local es "controlar todo el proceso” para ofrecer al comprador la máxima calidad posible. Una calidad que, desde luego, radica en la materia prima de lana merina material resistente, capaz de dar calor y con una esponjosidad y acabado más finos que cualquier otro tejido.

NUEVOS PROYECTOS
Esta edición limitada de mantas se ha compuesto de una tirada de 4 diseños con claros toques pastoriles. El éxito ha sido rotundo; en poco más de una semana se les agotó el stock de las 200 primeras unidades y ya están trabajando en una segunda remesa que llegará en el mes de enero.

Las mantas tienen un tamaño de 1,5 x 2 metros y un precio de 249€. Y lo cierto es que a primera vista puede parecer un coste alto para una manta. Ellos mismos son conscientes que "no todo el mundo se lo puede permitir" pero aseguran que su precio está ligado directamente a los costes de producción y a la gran calidad del tejido. "El margen de venta es menor que el de la mayoría de marcas comerciales", añaden. Al presentar la marca en redes sociales David, ya conocedor de estos foros, era “totalmente consciente de que en twitter habría gente que no lo iba a saber valorar”. No le preocupa y reconoce que, en parte,las críticas le han servido para llegar a gente que aún no conocía su proyecto.

El zumelino está convencido de que cuando compras prendas así “duran toda la vida”. Una perspectiva que hemos olvidado en las últimas décadas debido a la entrada de un mercado asiático que nos ha acostumbrado a comprar ropa barata pero de baja calidad. Son unos estándares difíciles de romper en la era de la inmediatez; unos estándares que, eso sí, David, Francisco José y su empresa ‘Mestas’ han conseguido discretamente resquebrajar desde los altos sorianos y las viejas fábricas textiles.

Ahora los emprendedores ya ponen la vista en el lanzamiento de nuevas colecciones, trasladando la lana autóctona española a prendas como las bufandas, los jerseys, gorros, calcetines, chalecos y sobrecamisas. Actualmente este proyecto está dando trabajo a otras seis personas, responsables de la confección y venta.

BREVE HISTORIA TRASHUMANTE
Tras siglos de decadencia, a penas queda rastro de lo que fue la trashumancia para nuestras tierras. A día de hoy, su práctica es totalmente residual, sin embargo, la historia de Castilla durante la Edad Media no se puede entender sin hablar de los pastores y el Honrado Concejo de la Mesta, que durante siglos fue la "columna vertebral de la economía castellana".

Sin ahondar en los orígenes históricos, se puede decir que una de las mayores materias primas de nuestra tierra fue la lana de las ovejas que acababa exportándose a través de los mercados de Burgos y Medina del Campo hasta el norte de Europa. Los comerciantes belgas y holandeses anhelaban la gran calidad de la lana de oveja merina. Una lana que se conseguía gracias al pastoreo trashumante que realizaron nuestro antepasados durante casi 700 años.

El trashumante es un tipo de pastoreo que consiste en el movimiento de los rebaños ovinos o vacunos hasta tierras alejadas. Fundamentalmente fue un método utilizado en la zona de la Montaña Palentina y el Sistema Ibérico. Desde nuestra zona  fueron cientos los rebaños que partían cada mes de septiembre desde localidades como Barbadillo de Herreros, Neila, los Cameros o las Tierras Altas de Soria.

Tras unas cuatro o cinco semanas de travesía, los pastores ya habrían llegado hasta los montes de Cáceres, Badajoz, Sevilla y Córdoba -principales destinos desde esta zona- donde se asentarían y pasarían un invierno más liviano manteniendo al rebaño alimentado con pastos verdes durante todo el año, lo que desde luego se transmite a la calidad del pelaje y la carne de las ovejas. Ya con el comienzo de la primavera los pastores regresarían a Castilla durante una estancia de medio año.
 

De los despachos a apostar por la lana de oveja merina y la fabricación de textil nacional