viernes. 26.04.2024
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La preciosa localidad de Covaleda protegida por un "mar" de pinos.

La  suerte de pinos, cuyo origen se remonta a un documento del Monasterio de Arlanza de 1213, está en claro riesgo de desaparición en la zona de pinares de Burgos y de Soria. El precio de la madera noble ha sufrido una importante caída en los últimos años. Los municipios con este privilegio están teniendo muchas dificultades también para vender las subastas de madera. A esto hay que sumar que en la actualidad se aplican impuestos muy elevados. Por eso, esta tradición ancestral está dejando de ser rentable para los ayuntamientos y para los vecinos de los mismos. El presidente de la Cabaña Real de Carreteros Martín Chicote cree que ha llegado el momento de buscar otras alternativas. Y es que la suerte de pinos no sólo sirve para beneficiar a los vecinos con la venta de los mismos. Es ante todo una técnica que ayuda a la limpieza, conservación y mejora de los bosques. De esta manera, la Cabaña Real de Carreteros pretende que la suerte de pinos termine siendo una cooperativa social o un proyecto de selvicultura.

29 ARRIBA IZQUIERDA

Arraigo de las serranas y los serranos a lo comunal

Para Antonio Martín Chicote la “Suerte de Pinos” sólo se entiende desde el “arraigo” de la población a lo comunal. Es el pueblo quien mantiene el recurso y lo hace porque el recurso está vinculado a su existencia. El peligro es que lo comunal ha caído en desuso porque otras fórmulas de gestión privada han prevalecido. “Un bosque sólo persiste si hay una población ligada a él. Creo sinceramente que hay que establecer un estatuto de propiedad comunal. Sería algo así como un consejo de administración del monte donde se tienen unos derechos y unos deberes que vinculan al monte a los ciudadanos en una organización participativa. “Después habría que negociar con la administración creando lo que sería algo así como una nueva Carta de Canicosa para el Siglo XXI”, comenta Martín Chicote.

29 ABAJOLas V Jornadas de Agroselvicultura de Montaña que tendrán lugar durante este mes de septiembre en Quintanar de la Sierra servirán para dar a conocer la iniciativa y promover y fomentar un movimiento vecinal en favor de la suerte de pinos. En este sentido, desde Juntos por los Bosques se desea crear ese estatuto de propiedad comunal que permita amparar y proteger este tipo de iniciativas que luchan contra la enorme presión fiscal que soporta en la actualidad la suerte de pinos.

Patrimonio de la Humanidad

La Asociación de Pinares y el Valle (Asopiva) inció los trámites en 2017 para solicitar la declaración de Patrimonio de la Humanidad para la gestión forestal de los montes de la comarca a través de la Suerte de pinos. Se convoco a un grupo de expertos para así reunir la documentación que se presentaría a la Unesco. El objetivo era demostrar la vinculación del hombre de esta comarca con el monte, una relación que se ha traducido en riqueza forestal durante los últimos 800 años explicó entonces su presidente Paulino Herrero. “Esta tradición es un orgullo para esta comarca y con la declaración también queremos poner en valor el papel de los antepasados que han vivido del bosque. Una relación que se ha perdido en la actualidad porque vivimos desarraigados de los bosques cuando somos los propietarios nosotros”, agregó Herrero. Paulino también comentó entonces que “es siempre muy complicado realizar cualquier actividad en nuestros montes sin que se convierta en un enfretamiento entre los vecinos de nuestros pueblos”.

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La suerte de pinos está en el ADN de los serranos y serranas

El alcalde de Canicosa, Ramiro Ibáñez cree que la “Suerte de Pinos” ha terminado por formar parte de la “cultura” y de la “forma de vivir” de los serranos. “Forma parte del ADN de los vecinos de la sierra y es un elemento más en los pueblos, como lo puede ser la plaza, la iglesia o el frontón. La suerte de pinos se ha venido regulando gracias a las ordenanzas municipales que también se han ido adaptando a los tiempos”.“La cabeza resinera era siempre el cabeza de familia en una forma de gestión que siempre tenía en cuenta a las personas más necesitadas del territorio. Siempre fueron ingresos atípicos que no estuvieron sujetos a ningún tipo de fiscalización“Ahora sin embargo, la desidia y también la dejadez han cambiado por completo la situación”, matiza Ramiro Ibánez. Y es que en la actualidad se aplica un 19 por ciento en concepto de IRPF a todos los vecinos antes de que éstos reciban la madera.

Además, al facturar en las subastas de madera el 15 por ciento va al fondo de mejoras que gestiona la Junta de Castilla y León. “Antes en los pueblos había comisiones vecinales de venta de madera. Eran los vecinos quienes se encargaban de vender estos aprovechamientos para repartir después los beneficios entre todos. Ahora el 25 por ciento se destina al impuesto de sociedades. Y también hay que tener en cuenta que antes se aplicaba un IVA agrícola que era del 12 por ciento y que además repercutía en favor de los vecinos”.Ahora se aplica un IVA general que es del 21 por ciento, dinero que va directamente a Hacienda”. Es sin duda una fiscalidad muy fuerte teniendo en cuenta que halamos de montes de utilidad pública. Una utilidad pública que no se compensa de ninguna manera”, finaliza Ramiro Ibáñez.

El objetivo debe ser el de fijar población en los pueblos 

El alcalde de Covaleda, José Llorente Alonso remarca que cada municipio, lógicamente, tiene unas ordenanzas distintas. En principio para recibir la suerte de pinos en Covaleda tienes que ser mayor de 25 años y estar empadronado desde el 1 de enero. Se solicitan durante el mes de septiembre y “hay que vivir en el pueblo” (tener casa abierta).También hay que tener un antecesor, ya sea padre o abuelo que los haya cobrado antes.

29 ARRIBA DEREECHAEl ayuntamiento de Covaleda está trabajando intensamente para conseguir eliminar una fiscalidad que ahoga completamente la venta de la suerte de pinos. Es un derecho histórico que no podemos perder. Además, hablamos de una cantidad de dinero importante que debería revertir en el cuidado y conservación de nuestros bosques. Sin embargo, la realidad es la que es y cada año cortamos menos madera a un precio que desciende. Ahora obtenemos unos 18.000 metros cúbicos al año y los beneficios se reparten entre unos 1000 vecinos aproximadamente. Yo lo he vivido desde que era un niño. Mis padres lo percibieron por su descendencia de mis abuelos que eran de Covaleda. Es un derecho histórico que tenemos que revindicar y por el que tenemos que luchar, finaliza José Llorente.

"Recuperaremos el espíritu de la suerte de pinos con un estatuto de propiedad comunal...