
En un acto cargado de simbolismo y gratitud, el consistorio de San Leonardo de Yagüe, instalaba el pasado 16 de agosto, una placa conmemorativa en reconocimiento a la labor de voluntarios que, encabezados por Aurora Gutiérrez y Jaime León, han dedicado años de esfuerzo, ilusión, creatividad y muchos quebraderos de cabeza, para dar vida a este espacio tan especial.
Y es que el bosque mágico, ubicado en el paraje de la Fuente del Pino, se ha consolidado como uno de los enclaves más visitados de la zona, especialmente por familias y amantes de la fantasía.
"El Ayto. de San Leonardo de Yagüe, ha agradecido esta tarde en el Bosque Mágico a todos los voluntarios y en concreto a Aurora y Jaime por todo el trabajo realizado en estos años para que este espacio lleno de encanto cada día sea visitado por mas gente" comunicaba el alcalde Jesús Elvira a través de un mensaje de Whatsapp.
OCHO AÑOS DE CRECIMIENTO
Lo que comenzó en 2017 como una idea modesta, con pequeñas construcciones artesanales, pronto se convirtió en un universo encantado habitado por hadas, duendes, gnomos y otros personajes salidos de cuentos e historias. Cada rincón del bosque invita a dejarse llevar por la imaginación, y el proyecto ha conseguido algo excepcional: devolver la ilusión tanto a niños como a adultos que recorren sus senderos.

Uno de los aspectos más destacables de esta iniciativa es que fue desarrollada con una inversión económica mínima. La mayor parte del trabajo fue realizado por vecinos del municipio, en concreto por Jaime y Aurora. Esta última es la pionera de este atractivo turístico, en el que nos cuenta, comenzó haciendo una casita por sorpresa para las niñas del pueblo, sin embargo, les gustó tanto que le pedían que volviesen las hadas y los gnomos “y por arte de magia, cada año, de un día para otro aparecían esas hadas” nos cuenta con una sonrisa.
Gracias a ese esfuerzo colectivo, hoy el Bosque Mágico no solo genera sonrisas, sino también empleo y actividad económica, atrayendo visitantes que dinamizan la hostelería y el comercio local.
Desde hace dos veranos, desde la Corporación Municipal, se decidió empezar a cobrar una entrada por importe de 2€, un precio casi simbólico para cubrir los gastos que supone su mantenimiento.
Además, también se ha convertido en una herramienta educativa y cultural, donde colegios, asociaciones y grupos organizados encuentran un lugar ideal para realizar actividades al aire libre, talleres o visitas guiadas. Esta dimensión didáctica añade un valor extra al espacio, reforzando el vínculo de las nuevas generaciones con la naturaleza y con las tradiciones orales y fantásticas de la zona.
Como decimos, el Ayuntamiento, a través de esta placa, ha querido poner en valor el compromiso y la dedicación de quienes han hecho posible este rincón lleno de magia. Un reconocimiento merecido para un proyecto que demuestra cómo la unión, la creatividad y el amor por el entorno pueden transformar un espacio natural en un motor de desarrollo para todo un pueblo.