Nacieron estas ferias en la herencia de generaciones anteriores, en una clara demostración de la importancia que tuvo el ganado en la vida diaria de estos pueblos, En este territorio había había claramente pueblos más carreteros, en los que el peso del vacuno era mayor; a los territorios en los que la Mesta tenía una mayor implantación, y donde el ovino era predominante.
Llevamos ya varias décadas en las que los ganados de ovino han caído de forma considerable. Al escaso apoyo para las explotaciones por parte de la administración, se suma la falta de ganas por parte de los jóvenes para hacerse con un rebaño, con condiciones y trabajo que se hace duro dada nuestra forma de vivir, más cómoda y menos sujeta a una sola actividad. Neila y Montenegro tuvieron un gran esplendor en el ovino, de la que ya no quedan casi ni las huellas.
En los años ochenta del pasado siglo, en la comarca convivían numerosas explotaciones de ganado vacuno de leche. Las exigencias a la entrada de España en la Unión Europea, y la mala negociación del Gobierno presidido por Felipe González, condenaron a estas cabañas a su desaparición. Hoy, en toda la provincia de Soria, sólo quedan ya las reses de una explotación de Covaleda en la producción de leche.
El giro al vacuno de carne ha llevado a ganaderos de este territorio a explorar nuevas opciones de negocio. Vinuesa y Palacios de la Sierra son una excepción del aumento de cabañas ganaderas en este entorno. Sin embargo, las ayudas de la PAC no se están canalizando bien, y a ello se suman los problemas burocráticos, la falta de apoyo desde muchos ayuntamientos con trabas continuas a la actividad ganadera, sin adecuar y mantener dehesas, con la ausencia de polígonos ganaderos y un pago excesivo de los pastos en algunos casos, unido a una escasa valorización de este trabajo por parte de la gente joven, todo ello echa al traste la proliferación de estas cabañas en Pinares, La Demanda, El Valle o Los Cameros.
Como en otros sectores y servicios de este territorio, hay una notoria falta de relevo generacional. Buena parte de los ganaderos ya están en edad de jubilación, y, mayoritariamente, piensan en dejar la actividad, sin visos de que alguien pueda tomar de nuevo las riendas, e incluso ampliar las posibilidades de lo que tendría que ser un negocio.
El ganado en nuestros montes es ahora más necesario que nunca. A parte de ser un soporte vital para fijar población en las zonas rurales, es básico en el aprovechamiento de los recursos forestales. La proyección micológica no es la misma si no hay ganado en el bosque. Son las reses indispensables en la limpieza de los montes, lo que sin duda es un beneficio para la lucha contra los incendios forestales. Son el primer dique de contención para la extensión de los fuegos entre pinos, robles y hayas.
Más ganado en montes, dehesas y prados. Nos va la vida en ella.