jueves. 18.04.2024

Setas y setos

Si uno echa la vista atrás, y hace balance de lo vivido, disfrutado  y sufrido con las setas

en estas últimas décadas, la conclusión nos parece más positiva que negativa. Tenemos un recurso del que disfrutamos, olé; nos gusta presumir de que en la comarca somos los Reyes de las setas, por la abundancia de variedades y por la gran cantidad de actividades que se están montando entorno a ellas, olé; y hemos descubierto que tiene un poder de atracción del que otros recursos, que creíamos interminables, carecen, olé.
Sin embargo, el Edén se transforma en un espejismo si nos paramos a pensar en lo que hemos evolucionado desde que alguien dijo que esto de las setas era un manjar hasta la actualidad. ¿Cuánta gente vive directa, y únicamente de las setas, en la zona?.
  Pues, el caso es, si te dijera que…
Algo que todavía nos escuece más. Con el dinero que se ha gastado primero el Gobierno Central, cuando existía el ICONA, y luego la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Diputaciones y Ayuntamientos, en el aprovechamiento de las setas, ¿No debería ser éste un recurso incuestionable?. 
Pues ahora que lo dices…
¿Hemos ganado respecto a hace unas décadas?: Sí y no. Sí, por haber sido capaces de atraer a gente, a través del micoturismo, y hoy el otoño es una estación más importante que la primavera, el invierno y el mes de julio para la llegada de visitantes, y en los alojamientos, bares y restaurantes se nota. No, ya que hemos perdido esa “gran cosecha”, parte por la salida masiva de más gente al monte, y parte por un cambio climático, no sabemos si coyuntural o definitivo.
¿Conocemos las setas?: No. La labor que se ha realizado desde Asociaciones, colegios e instituciones, ha sido una gota de agua en un océano. Estamos a años luz de un conocimiento, ya no grande, medio del mundo micológico. Seguimos anclado en el Hongo y el nícalo, el miguel y la mícula, el boletus y el lactarius A parte de eso, poco más, algo los marzueloss, algo las cesáreas, algo la seta de cardo, y poco más.
Para colmo de despropósitos a las setas le hemos puesto los setos, y  estamos siendo incapaces de consensuar un modelo de regulación en el que estemos todos, logrando que se beneficien los ayuntamientos, propietarios de los montes, y por ende los vecindarios a los que representan. Antes era el Myas RC y ahora el es el micocyl y el programa Micosylva.
¿Por qué somos incapaces de hacer que un recurso que tiene tirón nos dé plena satisfacción?. ¿Qué nos falta para hacer una adecuada explotación y aprovechamiento del recurso?. 
Si me lo permiten, y el próximo año seguimos en la brecha, volveremos a escribir un comentario con las mismas dudas, casi idénticas objeciones y similares reflexiones. Y sin respuestas, claro.

Setas y setos