Este dato, para los que amamos el periodismo, es cuando menos curioso. Según Christopher Silvester, un ex periodista que es hoy en día profesor de Historia en Cambridge, la primera entrevista de la historia la hizo Horace Greeley un 30 de agosto de 1859 al pastor mormón Brigham Young para el diario estadounidense The New York Tribune. Así aparece en su libro “Las grandes entrevistas de la historia”. Les cuento esto porque la entrevista, como género periodístico, es sin duda alguna el pozo de petróleo de la información. Sin una buena entrevista no hay información y sin información el periodismo se muere de hambre y de sed. Pues bien, el autor en esta obra magistral aclara que no siempre la entrevista fue la Reina de la selva. Y es que durante su proceso de evolución en el tiempo fue empleada muchas veces como un monólogo dedicado a la exhibición del entrevistado y otras como una tribuna judicial para enjuiciar y ridiculizar al mismo con buscando el chantaje o amarillear su historia para vender más. Sin embargo, yo creo que una buena entrevista es al periodismo lo que el aire puro es en esencia a la vida, la fuente del manantial del que mana toda la información. Porque al final, un entrevistado o entrevistada no deja de ser como un bebé al que hay que acariciar, mimar y cuidar para que no comience a llorar. Ganando terreno poco a poco, excavando con sudor cada trinchera, para alcanzar así a conocer con esfuerzo, trabajo y constancia todos los secretos que encierra celoso y bajo llave su corazón. Creo en la entrevista y detesto a aquellos que le imprimen mala fama infundada. Esos, bajo mi punto de vista, no son ni serán jamás verdaderos periodistas. Y no lo serán porque no son capaces de entender que las historias, las de todas las personas sin distinción, pueden en mayor o menor medida transformar positivamente nuestra realidad creando un mundo mucho más libre, humano y feliz. Cada historia cuenta. Porque al final todas son piececitas del mismo puzle y tienen sentido si se unen y entrelazan buscando, en su unión, su propio significado. Quiero así que recuerdes que tu historia puede ser importante. Quiero que sepas que es así y que debes confiar en ti y ser feliz. Sólo necesitas un buen interlocutor al otro lado y perder el miedo a desnudar tu corazón. Tu entrevista siempre está por llegar. No lo olvides y lograrás así, de algún modo, no ser olvidado.