martes. 02.09.2025

Tom Marton y Frank Serpico, dos hombres y un mismo destino

En este mundo oscuro, deleznable, egoísta, traicionero, corrupto y maloliente, todavía quedan maravillosas personas que, a su manera, cada día, con pequeños gestos o grandes acciones, se empeñan en cambiar la realidad y hacer de este un mundo mejor para todos. Viviendo como vivimos entre la máxima esclavitud y la podredumbre social, económica, política y sobre todo moral, cuesta creer que se pueda cambiar el mundo. Y esa es la pregunta que hoy os formulo a todos…¿Se puede cambiar el mundo? ¿Se debe cambiar el mundo? ¿Estáis dispuestos a intentarlo? Yo sé que muchos habéis dejado de creer. Que muchos de vuestros sueños se han ido al retrete de un universo oscuro y malvado que sólo controlan unos pocos. Sin embargo hoy quiero dejaros aquí dos grandes películas que hablan de dos grandes hombres que, gracias a su valor, a su entrega, a su disciplina y a sus convicciones se enfrentaron a todos y a todo por hacer de este un mundo mejor. Bruebaker, dirigida por Stuart Rosenberg en 1980 y protagonizada por Robert Reford, Yaphet Kotto, Morgan Freeman y Jane Alexander cuenta la historia real de Tom Murton, un director de prisiones de Arkansas que tuvo los huevos y el gran valor de destapar, poniendo en riesgo su vida y su carrera los escandalosos abusos y asesinatos que tuvieron lugar en la prisión estatal en el año 1969. Serpico, dirigida magistralmente en 1973 por Sidney Lumet y que contó como gran protagonista con un inconmensurable Al Pacino, cuenta la historia de Frank Serpico, un policía íntegro de principios incorruptibles que trabajaba en el departamento antidrogas que se negó a participar en el juego de corrupción que manchaba de mierda a toda su unidad. Su valor, su entrega, su determinación y sus ganas por cambiar las cosas casi le cuestan la vida pero logró llevar a juicio todo lo sucedido poniendo en la palestra que muchos policías en Estados Unidos no estaban jugando precisamente limpio. Después, tuvo que dejar su puesto y su país y desaparecer ante las amenazas de muerte. En esta vida todos podemos elegir entre el bien y el mal. Podemos decidir si queremos ser valientes y luchar por un mundo mejor o una panda de cobardes de mierda que agacha la cabeza cuando vienen mal dadas. Tom Murton y Frank Serpico decidieron luchar por un mundo mejor, contra todo y contra todos exponiendo sus vidas y las de su familia. Gracias a ellos y a miles de valientes hoy, este mundo es sin duda, un poquito mejor. Chapooo!!!

 

Tom Marton y Frank Serpico, dos hombres y un mismo destino