jueves. 25.04.2024
Dionisio Martin y Rafaela Lindo abrieron la pescadería hace más de sesenta años y ha sido Isabel quien la ha gestionado hasta su jubilación.

"Quiero dar las gracias al pueblo de Covaleda por su amor, apoyo y cariño incondicional durante más de sesenta años"

Vender es sin duda alguna el arte de convencer. Una poción mágica que conecta a las personas para alcanzar un acuerdo. Es algo así como cocinar un buen guiso lentamente, con mimo, con detalle y con generosidad. La venta no se enseña en las escuelas. Se aprende en la propia vida. Dionisio Martín y Rafaela Lindo comenzaron vendiendo pescado en su hogar del maravilloso pueblo soriano de Molinos de Duero a mediados del siglo XX. “Era nuestro centro de trabajo. Los vecinos se acercaban hasta casa para hacer la compra. Yo he vivido el oficio desde pequeñita. Con muy poquitos años me divertía limpiando el pescado en casa. Después, en la adolescencia, decidí seguir mi pasión por la moda y estudié en Madrid. Sin embargo, la vida nos golpeó muy fuerte con la muerte prematura de mi padre. Era la hermana mayor y decidí volver a casa para ayudar a mi madre con el negocio familiar. Fue una decisión meditada de la que nunca me he arrepentido. He sido muy feliz trabajando como pescatera”, explica Isabel.

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Isabel Martín Lindo en su pescaderia situada en la preciosa localidad de Covaleda.

La familia Martín Lindo es sin duda una de las grandes referencias de pescateros de la provincia de Soria.  Abrió su pescadería en Covaleda hace ahora más de sesenta años. Una empresa familiar y generacional que también ha tenido tiendas en las preciosas localidades de Duruelo de la Sierra y Quintanar. Estamos ante una familia compuesta por cinco hermanos que de forma directa o indirecta han trabajado en uno de los oficios más ancestrales del mundo.

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Isabel Martín Lindo colocando peces y mariscos en la pescadería. 

“Somos una familia numerosa muy unida formada por Jesús, Rosa, José Luis, Ana Belén y yo. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido pescateros. Es un oficio que llevamos en la sangre con todo el orgullo del mundo. También hemos trabajado de forma ambulante. Visitábamos Regumiel, Canicosa, la parte de Neila, Viniegra de Arriba y Abajo para terminar llegando a Montenegro. Mi hermano Jesús sigue regentando su pescadería en Soria y vende en la zona de el Valle y en los municipios más próximos a la capital. Rosi tiene su floristería y tienda de regalos en Covaleda y mi hermano José Luis es quién me ha relevado al frente de la pescadería tras mi jubilación”, argumenta Isabel.

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Dionisio Martín y Rafaela Lindo junto a sus hijos Jesús, Rosa, José Luis, Ana Belén e Isabel. 

La felicidad decía el filósofo Jean Paul Sartre no es hacer lo que uno quiere sino amar con pasión lo que se hace. Isabel Martín Lindo ha sido inmensamente feliz vendiendo en su pescadería en Covaleda, un pueblo pinariego de gentes sencillas, amables, cercanas y maravillosas que siempre han confiado en el buen hacer y vender de Isabel. “Covaleda ha sido mi hogar y mi refugio y por eso les estoy eternamente agradecida. Siento que formo parte de la vida de este maravilloso pueblo. Son muchos años al frente de un mostrador con clientes y clientas de toda la vida. Dejo la tienda porque me ha llegado el momento de descansar pero eso si, sabiendo que gracias a mi hermano José el negocio va a tener un relevo. Si no hubiera sido así, creo que jamás podría haber dejado de atender a mis clientes en la pescadería de Covaleda. Tal es el amor que tengo por este pueblo y sus gentes que tuve la necesidad de escribirles una carta para agradecerles su amor, cariño y cercanía durante tantos años”, comenta Isabel.

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Bailando jotas castellanas en Duruelo de la Sierra

El camino a la felicidad no está marcado. Somos nosotros los que debemos caminar siempre con botas nuevas y propósitos de cambio. Isabel, después de muchos años de trabajo, afronta una nueva etapa en su vida con alegría, optimismo y nuevas expectativas. Tiene muchas y diversas aficiones y una enorme vitalidad por disfrutar a tope de la vida saboreando con intensidad cada minuto y cada día. “Soy muy activa. Participo en la fiesta de las Piñorras y también bailo jotas con el grupo de la Rueda de Duruelo de la Sierra. La verdad es que siempre me han gustado el folclore y la música tradicional. Llevamos más de 25 años participando en las animadas y coloridas fiestas de Santiago. Además desde hace diez años organizamos un encuentro de encajeras de bolillos. Es un día muy especial en el que vienen sobre todo mujeres y también algún hombre de los pueblos de la provincia de Soria, de la capital, de otros pueblos de Burgos, de Logroño, de la Rioja e incluso de Tarazona y Madrid. Por desgracia debido a la pandemia no hemos podido organizarlo los últimos dos años. Así que tenemos muchas ganas de volver a hacerlo el próximo 17 de julio.

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Disfrutando de una de sus grandes aficiones, el encaje de bolillos

San Agustín defendía que al rezar hablamos con Dios y al leer es Dios quién habla con nosotros. Y es que los libros son manantiales de sabiduría que riegan nuestra alma de conocimiento y de felicidad. Isabel Martín Lindo adora la lectura. Los libros le permiten viajar a través de su imaginación sin la necesidad de moverse del sofá. “Simplemente poder leer por la mañana y pasear por la tarde es uno de esos pequeños lujos que no tienen precio. El último libro que he devorado es el de Patria del gran Fernando de Aramburu. Ya tengo otro preparado, el de los últimos días de Berlín de la maravillosa escritora Paloma Sánchez Garnica que fue finalista del Premio Planeta en 2021. También siento una gran necesidad de viajar y de conocer nuevos destinos y lugares. Quiero empezar por descubrir de verdad los pueblos de Soria. Lugares con un encanto muy especial que no pude conocer mientras trabajaba en la pescadería. No tenía tiempo. Pero ahora eso es precisamente lo que me sobra. Hace muy poquito pude disfrutar del Paloteo en San Leonardo de Yagüe y fue sencillamente maravilloso”, remarca.

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Isabel adora su pueblo. Un lugar precioso y tranquilo de gentes cercanas y amables. Ha participado en varias elecciones como vocal y presidenta de las mesas. “Animo a todos a venir a vivir a un pueblo. Tenemos calidad de vida y somos gente muy muy acogedora. El tiempo se disfruta muchísimo más Además Molinos de Duero está muy cerquita de Burgos, Logroño y Soria. Pero eso sí, necesitamos servicios, mejor cobertura de internet, mejores infraestructuras y una diferenciación fiscal”, finaliza ilusionada Isabel Martín Lindo.

"Quiero dar las gracias al pueblo de Covaleda por su amor, apoyo y cariño incondicional...