sábado. 27.04.2024
La opinión de
Guadalupe Fernández

Guadalupe Fernández

Desde Neila

Saber escuchar

 
En estas fechas vacacionales llegan los reencuentros con quienes  hemos compartido el recorrido de nuestras vidas 

Adolescentes libres

En fechas no muy lejanas hemos contemplado atónitos en los medios de comunicación como una niña de trece años se ensañaba a patada limpia con otra niña de su edad caída en el suelo mientras la amiga grababa la imagen para distribuirla en You Tube.

La vida de las palabras

Una  página en blanco espera la siembra de mis palabras en hileras de frases que deseo compartir con mis paisanos.

Las cosas del comer

Hoy dejo atrás la salmodia de la crisis económica y demás elementos enlazados con la hartura de corruptelas varias.

Los Administrados

Es el mes de Enero un mes mustio, macilento, brumoso, como un cuarto de paredes vacías velado por las sombras de un amanecer tardío. 

Desde la Escuela Pública

Bueno, tenemos aprobada una ley de Educación, la LOMCE de nuestro ministro Wert. 

En defensa de la vida rural

Desde siempre a los que somos de pueblo  nos envuelven con ropajes de cierta torpeza en los medios capitalinos.

Por los laberintos de la memoria

El frío se ha vestido de blanco y cubre el paisaje. La nieve me trae recuerdos encadenados en la memoria lejana. Esa bendita memoria se acomoda  y se regodea en lo mejorcito de nuestra papilla cerebral.  

Un estremecimiento en el pinar

Un paseo por entre pinos solemnes, encumbrados, grandiosos, blandiendo sus ramas al viento con remates de sol produce siempre una conmoción de los sentimientos.

Recordamos a nuestros difuntos

Los sentimientos de duelo por la ausencia de aquellos que sembraron sus vidas en el mismo surco de nuestra existencia son privativos del campo emocional de cada ser humano. 

Los arrecidos

Soy una arrecida. Vaya. Ya lo he dicho. Y eso que estamos viviendo un otoño dulce y bonachón con tardes de clima suave para pasear por los caminos de las solanas. 

En barcaza hacia la muerte

Quería yo hablar, en este otoño recién estrenado, de nuestros pueblos de la sierra semivacíos por la ausencia de los que abren las puertas a la vida en la temporada vacacional; 

¡A por setas¡

En mis paseos rutinarios por el monte reconozco que la mirada se me pierde por el alto pinar, como las palomas de Alberti, y observo extasiada los hilos de sol que hilvanan de rojo los troncos y alargan las umbrías en los valles. 

Echar en saco roto

El ordenador encendido en el cuarto donde escribo emite una luz blanquecina, como de estaño, y envuelve mi cerebro deshabitado de palabras y de ideas. Somos la generación del “Gran Salto”. 

Depresión y ansiedad

Escribo entre rumores de un río cercano al que salvaguardan con sus lanzas de verde umbroso unos chopos soberbios, erguidos, encaramados al cielo casi transparente de la tarde.