jueves. 28.03.2024
DSC_0049

Uno de estos proyectos verá la luz al próximo año y contempla una zona de merenderos con barbacoas en una zona que de adecuará al lado del río Duero. Una propuesta que correrá a cargo del propio Consistorio y a la que se le sumará el proyecto de la mano de una iniciativa privada, que construirá un bar-restaurante de entorno a los 100 metros cuadrados, que se creará acorde totalmente adaptado al entorno, con materiales autóctonos como la madera y bajo un enfoque totalmente modernista. Un edificio diseñado por el arquitecto Javier Serrano y en colaboración con Maderas Pino Soria.

A día de hoy se trabaja ya en la adjudicación de la parcela, -en los aledaños de la pista de padel-, para la creación de este bar restaurante de iniciativa privada, que contará además con una tienda en la que se pretende dar un importante protagonismo a los productos de la zona, ofreciendo al público no solo una cocina autóctona, sino también la posibilidad de que el que pase por allí tenga la opción de comprar productos como Boletus, trufa negra, etcétera.

La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha supuesto un retraso en los trámites y papeleos de este proyecto, pero los promotores esperan que la propuesta sea una realidad “de cara a la Semana Santa o al próximo verano como muy tarde”, lo que supondría una nueva oferta turística en esta localidad de cara a la próxima temporada de verano. “Molinos es un pueblo 100% turístico y cuanto más se haga por el turismo mucho mejor para todos”, señala el alcalde Miguel Bonilla.

Restauración del antiguo lavadero.

Molinos de Duero se encuentra también a día de hoy en otros proyectos turísticos destinados a la mejora de la belleza de la población. Uno de ellos es la adecuación y restauración del antiguo lavadero de la localidad, donde se ha proyectado crear un pequeño museo que recoja la historia local y lo que significó este espacio en los tiempos en los que las mujeres se juntaban para lavar la ropa. Ya se han comenzado los trabajos en este lugar que se adecuará para que pueda visitarse en un par de meses.

“Ya se están empezando los trabajos y se trata de una obra que es asumida por el Ayuntamiento”, añade Bonilla, apuntando que “la idea en reformarlo y seguido añadirle elementos históricos como fotografías y objetos cotidianos de entonces para conseguir crear una especie de museo etnográfico”.

Éste se sumaría al que ya existe en la actualidad en Molinos y que está dedicado a la carretería con dos monolitos en varias zonas del pueblo y el Museo de la Gamella, donde se exponen numerosos utensilios y herramientas de la carretería.

El pasado carreteril de la comarca de Pinares es de sobra conocido por todos, ya que en esta zona se transportaban desde productos vitales para la economía de nuestro país hasta la artillería y las municiones en tiempos de guerra. Pero fue la localidad de Molinos de Duero el más importante enclave de este tráfico en el siglo XVIII, ya que en 1753 tenía una cabaña de 2.617 bueyes que tiraban de 872 carretas, el mayor número de cabezas de tiro de la carretería soriana, que a su vez era la más importante de España.

Por ello, la localidad cuenta con varios símbolos carreteriles: uno de ellos es una carreta antigua colocada bajo una construcción de madera, donde puede leerse un grabado que indica que formaron parte de la Real Cabaña de Carreteros. En este monolito también está tallado en madera el escudo de Molinos de Duero.

Además, está el monolito dedicado a los carreteros que se colocó el año pasado, ubicado junto al ayuntamiento y realizado en chapa al corte donde se representa un carretero tirando de un buey que lleva en un carro una rueda de molino. Una escultura de dos metros de alto por tres metros de largo.

PLANES PROVINCIALES.

Entre otros de los proyectos que el Ayuntamiento de Molinos de Duero tiene en marcha se encuentra el correspondiente a las ayudas de Planes Provinciales de la Diputación de Soria de este año y con el que se realizará la obra de pavimentación de una de las calles de la población, concretamente la calle Reina Sofía con un presupuesto de 30.000 euros.

Molinos proyecta una zona de merenderos turísticos junto al río y un bar-restaurante