viernes. 29.03.2024
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Representantes de FOES en una imagen del pasado mes de noviembre.

Empresas y autónomos se adaptan desde este martes 1 de junio a una nueva regulación eléctrica que el Gobierno pone en marcha en un momento inoportuno, en plena crisis económica provocada por la pandemia.

La Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES) considera que este cambio regulatorio añade incertidumbre a las empresas y autónomos de la provincia, que tendrán que adaptarse a las diferentes tarifas, tramos horarios y peajes que llevará consigo la nueva factura eléctrica.

Los cambios seguirán encareciendo la factura eléctrica, pese a que el principal argumento público de esta regulación es el ahorro energético y de coste.

FOES es consciente de que el término fijo de la factura que reciben las empresas sigue siendo muy elevado y con el impuesto eléctrico y el IVA, la factura de la luz seguirá subiendo en un mercado sometido a infinidad de vaivenes y a fluctuaciones en el precio.

Ante esta realidad, la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas promueve desde hace 9 años una compra agrupada de energía para que las empresas puedan reducir sus costes energéticos y conseguir mejorar su eficiencia. En la última, celebrada a finales del pasado año, participó un centenar de empresas.

La electricidad es un servicio esencial para la actividad económica y empresarial y uno de los costes fijos más elevados que soportan las empresas y los autónomos por lo que cualquier fluctuación de precio en ella impacta muy directamente en los pequeños negocios de la provincia.

El nuevo cambio regulatorio reduce ahora el número de tarifas, establece nuevos horarios en cada temporada, reduce los peajes y castiga los excesos de potencia contratada. Las empresas tendrán que revisar exhaustivamente sus necesidades de potencia y ajustar su contratación, porque los excesos se reflejarán en la factura final de forma notable.  

También se verá afectada la estructura organizativa en actividades de producción, ya que las empresas se tendrán que adaptar a las diferentes tarifas y tramos horarios que pueden dar al traste con la organización de su actividad y de sus procesos, sobre todo en el caso de la industria.

En plena pandemia y sin una recuperación económica palpable, el cambio tarifario aumenta, si cabe, la incertidumbre sobre la factura de la luz. Esto, unido a unos costes energéticos al alza, terminará haciendo perder competitividad a las empresas respecto de sus homólogos europeos en un contexto todavía crítico.

FOES apuesta por soluciones más estructurales para un bien esencial y un servicio básico como es la electricidad, máxime cuando España es el tercer país de la Unión Europea con mayor carga impositiva en la factura eléctrica, según datos de Eurostat.

FOES considera 'inoportuna' la nueva regulación eléctrica que entra en vigor el 1 de junio