Los super héroes no llevan capas voladoras, o escudos antibalas o tienen una fuerza descomunal. Tampoco son seres invisibles o entes que puedan viajar en el tiempo. No, no hablamos de Superman o de Spiderman o el Capitán América. Hablamos de gente de carne y hueso que dedican su tiempo y su vida a proteger y salvaguardar la de los demás. Carmelo Anselmo Lucas es un super héroe. Nació en Logroño, pero con tan sólo tres añitos aterrizó en la preciosa localidad soriana de Navaleno. Hoy es agente medioambiental y jefe de comarca. Un trabajo que ha convertido en una pasión que compagina con su labor como voluntario en el CECOPI (Grupo Operativo de Desinfección) y en la Agrupación Civil de Golmayo. El Covid 19 es un enemigo poderoso y hambriento que tiene contra las cuerdas al mundo entero. Llegó a mediados de marzo y sin hacer ruido se extendió por toda España. A pesar de la experiencia en China y en Italia, la organización para combatirlo durante las primeras semanas fue un caos. No había mucha información y el tiempo era oro. El coronavirus pronto desveló las carencias de nuestro sistema sanitario que casi colapsó por falta de medios médicos y hospitalarios.
La lucha contra el virus fue encarnizada. Y se hizo además sin los equipos de protección apropiados. “Yo llevo colaborando desde marzo. Quiero desde aquí homenajear a todos los que componemos el CECOPI. Su labor ha sido esencial hasta ahora para luchar contra el virus. El CECOPI (Centro de Coordinación Operativo Integrado) está formado y organizado por las administraciones principales. En este caso por la Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de Soria. la Subdelegación del Gobierno y la Diputación Provincial. El grupo, que se mantiene operativo desde el mes de marzo, está formado por 95 voluntarios que han participado en el mismo al menos una vez. Estamos hablando de agentes medioambientales, celadores, técnicos de la Junta de Castilla y León, conductores, mangueristas, bomberos de Soria y el encargado de la autobomba de Fomento de carreteras.
“También quiero mencionar al empleado de las piscinas municipales, la policía local de Soria, la propia diputación provincial, el Club Motonieve de Urbión de Covaleda, su ayuntamiento y al responsable de la autobomba del consistorio. No quiero olvidar el gran trabajo que han realizado el grupo de Protección Civil de Golmayo y el voluntario del Centro de Educación Especial Santa Isabel. Además, mi más sincero agradecimiento a los ayuntamientos de Berlanga y Tardelcuende por la cesión para los trabajos de una pica y una bomba de presión. Cuando hay un accidente, cada segundo cuenta si queremos salvar vidas. Con el Covid 19 sucede lo mismo. El tiempo es vital y la acción para combatirlo tiene que estar bien organizada, sincronizada y desarrollada si queremos lograr el éxito.
En este sentido, el trabajo del CECOPI ha sido muy importante para luchar contra el coronavirus. Hasta ahora se han realizado 881 intervenciones para desinfectar exteriores de localidades de toda la provincia de Soria. Y es que una de las certezas que se tienen sobre la transmisión del virus es que este permanece en las superficies. “Hemos llevado a cabo desinfecciones selectivas. Sobre todo en mobiliario urbano como marquesinas y contenedores y en exteriores de edificios de concurrencia pública. También hemos intervenido en 217 ocasiones en instalaciones de salud, en residencia de mayores tanto públicas como privadas. En algunas de ellas más de una vez. También hemos desempeñado nuestra labor en residencias de estudiantes o conventos”, matiza Carmelo. Ante la falta de información de las primeras semanas, el estudio del virus ha ido arrojando un gran número de respuestas que han permitido luchar contra él con mayor eficacia.
En este sentido, desde el Centro de Coordinación Operativo Integrado se ha ofrecido formación continua para combatir al virus en el tiempo con mayor eficacia. “Yo tengo la gran suerte de poder coordinar el grupo de Agentes y Celadores. La formación ha sido desde el principio una herramienta vital en la lucha contra la pandemia. Hemos formado a personal de ayuntamientos, parques de bomberos, de diputación provincial y trabajadores de residencias de la tercera edad”. “Hemos compartido información que se basa en la experiencia directa que hemos tenido acerca de los métodos de desinfección, EPIS, diluciones con productos desinfectantes, descontaminación de equipos de protección, eliminación de residuos y manejo y uso de los cañones generadores de ozono. Todos mis compañeros y sobre todo mi jefe de servicio han trabajado como titanes. Muchas veces, sobre todo al principio, con una carencia muy importante de equipos de protección. Trabajando además sin descanso y con una carga emocional muy pesada”.
Carmelo además forma parte de la Agrupación de Protección Civil de Golmayo. Está compuesta por 23 personas y cuenta con 3 enfermeras, 2 técnicos de ambulancias, 1 agente medioambiental, 1 bombero, dos bomberos forestales, un vigilante de seguridad, un militar y otros profesionales diversos. “Antes de la pandemia, hemos trabajado intensamente para dar cobertura y seguridad a pruebas deportivas”. “Entre ellas los rallies Navaleno-Canicosa, el de la subida al castillo, en carreras populares o en vuelta ciclistas con etapas en las provincias de Burgos y de Soria. También nos organizamos en operativos para prevenir riesgos y dar seguridad. Y lo hacemos cuando hay espectáculos, ferias, mercados medievales, conciertos, fiestas o fuegos artificiales. En este sentido, tuvimos el honor y la responsabilidad de participar en la seguridad de los Reyes en su visita a Soria durante el pasado verano”. A pesar de los riesgos, de la exposición permanente y de la falta de medios ningún miembro del CECOPI o del equipo de Protección Civil han enfermado. “Creo que hemos hecho un buen trabajo. Quiero brindar un humilde homenaje a mi hermano José Antonio Lucas, jefe del Servicio Territorial de Soria.
Su hermano Luis José Lucas alias "Luco", teniente alcalde de Navaleno
Y me gustaría hacerlo porque hemos atravesado crisis emocionales muy fuertes y momentos psicológicos de enorme tristeza y estrés. Recuerdo aquellas primeras intervenciones en las residencias de Duruelo y Gómara. Sin equipos apropiados y cambiándonos en la calle con frío, agua, viento y nieve y con el temor de enfermar por el virus o por el propio clima. Que nadie se equivoque. La lucha continua y la vacuna va a llegar y va a ser segura, pero no va a solucionar el problema de un día para otro”, finaliza Carmelo.
