Mezclar un yogur natural con cuatro huevos… y mientras, pienso en el día tan agobiante que he tenido hoy y encima me meto a hacer un bizcocho porque se ve que no tenía bastante entre el trabajo, el cole de los niños, las extraescolares, la compra, etc., etc…
Añadir la medida del yogur de aceite suave, y a ver este niño por qué no me coge el teléfono para decirme si su padre va a buscarle o no al fútbol, porque hoy ha sido imposible vernos un segundo y no me contesta, no sé en qué habrán quedado ellos dos esta mañana.
Incorporar dos medidas de yogur de azúcar y seguir mezclando. El técnico de la caldera me tiene toda la tarde a la espera y aún no ha venido, veo que esta noche no nos podemos duchar y de poner la calefacción, ni hablamos.
A continuación, tres medidas de harina con medio sobre de levadura, mezclar todo bien. Añadir también la ralladura de un limón o una naranja, al gusto. Hay que ver qué rico sale este bizcocho siempre… ¿Qué estaba yo pensando? Ah, sí, que vaya día llevaba…
Horno precalentado a 180º, unos 30 minutos o hasta que al pinchar con una brocheta, ésta salga limpia. Aprovechando este ratito que me he encontrado, creo que voy a preparar un chocolate para cuando vengan todos, hacer una merendola.
“¡Qué bien huele, mamá!” Ya están aquí mis chicos, traen también cara de cansancio, pero con este chocolatito caliente, vamos a entonarnos los cuatro, voy a sacar el Monopoly y nos echamos una partida. Que hoy es viernes, ya haremos los deberes el fin de semana.
Pues el técnico no ha venido, pero mira, mejor, porque vaya tarde hemos pasado más divertida. Cada uno contando su día, el chocolate, el bizcocho inundando todo de un aroma delicioso, la chimenea encendida…
Y es que a veces se me olvida lo que me relaja hacer un postre o una tarta para mi familia, y ver cómo lo disfrutan y olvidan por un momento el jaleo del día a día. No hay día torcido que no pueda enderezar una mamá con vena repostera.