viernes. 26.04.2024

Correspondencia

Yo ya le he dicho a la tía que aquí nos tiene para lo que sea

Los minirrelatos de Patty
Los minirrelatos de Patty

4 de mayo de 1955

Querida hija, espero que al recibo de la presente estéis todos bien, tanto tu marido como los niños y tú. Hace ya mucho que recibí tu última carta y no sé si es que aún estás molesta por mi negativa a irme a la capital con vosotros.

Hija, entiéndeme. Allí yo no pinto nada y no quiero ser un estorbo, ya sabes que el casado casa quiere, y no me gustaría que mi yerno, a quien tanto cariño tengo, tuviera una queja sobre mí o sintiera que invado su casa.

El Sr. Avelino, el de la farmacia, me ha dicho que ya tiene teléfono instalado allí, por si un día quieres llamarme. Al final de la carta te dejo su número, y así podría escuchar tu voz o hablar un poco con los niños, que ya estarán muy mayores.

La tía Enriqueta te manda saludos. Por las tardes viene a casa a merendar, hacemos rosquillas, jugamos a las cartas o bordamos algún mantel. Le está preparando el ajuar a su chica mayor, que se casa en junio, y así le ayudo. Ya sabes que es una boda un poco… precipitada. El novio es buen chico, pero un poco tarambana. A ver cómo va a sacar a la familia adelante… De todas formas, yo ya le he dicho a la tía que aquí nos tiene para lo que sea.

Me pide por favor que te diga que a ver si tu marido, en esa empresa tan grande en la que trabaja, le pudiera encontrar un puestecito, porque aquí en el pueblo cada vez es más difícil encontrar trabajo para la gente joven, y allí en la capital seguro que hay muchos puestos libres y muchas fábricas y es todo más fácil.

De lo que me decías en tu última carta sobre la receta de las rosquillas, añade un sobre de gaseosas y verás cómo te quedan mucho más ricas.

Bueno, hija, ya me voy a ir despidiendo. Escríbeme pronto y no te enfades. He pensado que, a lo mejor, podría coger el coche de línea y pasar unos días con vosotros, y así me enseñas esa ciudad tan grande y que tanto te gusta. Pero de quedarme allí, me parece que no hay más que hablar. Después podríais venir aquí unos días cuando los niños tengan vacaciones, ya sabes que todos están deseando veros.

Y sin más me despido. Recibe un beso de tu madre, que os quiere y os echa mucho de menos.

Amelia

Correspondencia