domingo. 15.06.2025
La opinión de
Germán Martínez Rica

Germán Martínez Rica

Periodista, escritor y emprendedor

La infancia, mi gran tesoro.

La felicidad, ese gran regalo de la vida que todos andamos buscando está compuesta de pequeños momentos. Aunque no lo creamos, todos andamos perdidos en este universo al que llamamos existencia tratando de averiguar quienes somos, de donde venimos y sobre todo cuál es nuestro objetivo en la vida. Y para ello gozamos de brújulas personales que creemos eternas e inamovibles y que sin embargo cambian como cambia el viento. Mi felicidad, como la vuestra, se compone de pequeños momentos. De esos momentos que viven a merced del tiempo que hacen que retrocedamos mental y espiritualmente para exprimir de nuevo sus recuerdos, dulces y placenteros que habitan en nuestro alma y en nuestro corazón. Mi felicidad está unida sobre todo a mi infancia. A esa época de libertad infinita que te da ser un niño que goza del amor de su familia, del cariño de sus amigos y de la posibilidad infinita que siempre me proporcionó vivir en un pueblo. De mi niñez, en Salas de los Infantes, guardo muchos recuerdos imborrables. De tardes de cine en la casa de la abuela. De aquellos chocolates a todos los amigos la tía Alfonsa. De sus chistes, de las carcajadas, de sus besos y sus abrazos.  Del amor de mis padres, de los juegos salvajes con mis amigos en el Colegio San José. De los primeros besos infantiles y a escondidas que me llevaban a vivir en primera persona el sentimiento más puro e indestructible que hay en la vida, el amor. De aquellas aventuras en plena naturaleza, desafiando a la nieve  en invierno, a la lluvia otoñal y al calor de aquellos veranos eternos bañándonos en los ríos, refrescándonos en las fuentes y en las piscinas municipales, donde la armonía y el buen rollo imponían siempre su ley. De mi niñez también recuerdo aquellas tardes en la Plaza Mayor donde los juegos, los de antes desafiaban a un tiempo que era inexistente a los ojos de un niño. Si, en esta vida llena de trampas, de obstáculos, de fosas insondables, de llantos y de tragedias, también he vivido momentos felices que me hacen entender, que lo único que siempre sigue contando es vivir y sobrevivir porque en el fondo, la felicidad radica precisamente en eso, en la valentía de querer encontrar el camino. Por eso, cuando me pierdo, cuando mis mapas de quedan obsoletos y no sé a donde dirigir mis pasos, viajo de nuevo a mi infancia buscando una nueva brújula que esté sólo a merced de mi propio viento. Si, si en algún momento fui feliz, fue entonces, durante mi infancia. El mejor momento sin duda de mi vida. Un momento eterno e inolvidable. 

El libro "1984 de George Orwell" ya es un aviso para navegantes de que el control total de la sociedad ya ha comenzado

Decía el gran novelista y ensayista francés André Maurois que la lectura de un libro es siempre un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta. Y es que un buen libro es como el mejor de nuestros amigos. Está ahí cuando lo necesitamos. En aquellos momentos en los que la tristeza invade nuestras vidas y también cuando somos felices o creemos serlo. Un buen libro es ese compañero que nos recuerda que vivir es no sólo un propósito sino también una obligación. Que la vida es bella sólo si tiene un propósito, una intención que se oculta muchas veces detrás de nuestros sueños. Sí, la lectura de un libro es siempre un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta. Por eso hoy quiero proponerles un libro y un autor imprescindibles en la actualidad. Se trata de 1984 de George Orwell, una novela política magistral de ficción distópica que escribió entre 1947 y 1948 y que se publicó en 1949. Este libro, considerado una auténtica obra de arte, popularizó conceptos tan arraigados en nuestro presente como el del vigilante Gran Hermano o la policía del pensamiento. Son muchos los analistas, considerados en gran parte “conspiranoicos” en la actualidad, los que ven con claridad muchos paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984 sugiriendo que ya vivimos en la llamada sociedad orwelliana donde se manipula la información, se practica la vigilancia masiva y la represión política y social. 1984 es, por desgracia, un aviso a navegantes muy real. Orwell nos advierte de que el sistema, que siempre ha controlado nuestras vidas, está cobrando cada día más fuerza con un único objetivo, esclavizar de verdad al ser humano. 1984 no es sólo un libro. Es una visión del futuro de un hombre traumatizado por el auge de las dictaduras hace ahora más de setenta años. La esclavitud ha llegado para quedarse en nuestras vidas. Los seres humanos en este podrido universo controlado por Internet, las redes sociales, la publicidad masiva, la manipulación de la información y el auge de la Inteligencia Artificial, dejan de ser humanos para convertirse en seres sin alma, sin conciencia y sobre todo sin rumbo o propósito vital. 1984 no es sólo un libro. Es una obra de arte.  Una bomba de relojería en forma de advertencia. Un mensaje único cifrado a través del tiempo para que entendamos que nuestra libertad agoniza de hambre, de sed y de abandono. En juego señores está nuestra propia vida y  nuestra propia eternidad. ¡Despierten! ¡Tic tac, tic tac, tic tac...!

A don Pepe Mújica

De mi abuela María Luisa Piernavieja recuerdo su carácter afable, su retranca castellana, su maravillosa mala ostia, su ilusión por vivir y el amor incondicional que sentía por su pueblo. También recuerdo aquellas conversaciones sencillas, que se alargaban amablemente donde ella me espetaba sus siempre certeros consejos y sus demoledoras sentencias. Momentos imborrables. Fantasmas de otro tiempo unidos a aquella casa donde los recuerdos, de otra época, siempre bailaban en los cuadros y en las fotografías que vestían las paredes, cubrían las mesillas y protegían el alma de todos los que allí habitaban. Mi abuela para mí era una bruja maravillosa. Una de esas brujas buenas de luz que siempre estaba ahí para escucharme y guiarme en una vida que apenas comenzaba. Niño atiende me decía. Jamás confíes en las palabras y en los hombres que hablan mucho. Confía únicamente en sus actos decía, porque sus actos definen realmente quiénes son y cuál será su legado en la vida. Y es así. Las palabras se las lleva el viento mientras que los actos permanecen y hablan dejando una huella imborrable y verdadera. Por eso hoy, recordando a mi abuela, quiero dejar aquí constancia del gran respeto y cariño que he sentido en los últimos años por Pepe Mújica. José Alberto Mújica Cordano, nacido en Montevideo el 20 mayo de 1935, fue guerrillero, presidiario, filósofo, escritor y circunstancialmente presidente de Uruguay. Su vida tuvo claros y oscuros y en su muerte, hace apenas unos días, tuvo sobre todo amigos pero también algunos enemigos. Porque así es la vida. Todos no te pueden querer. Pero eso sí, Pepe Mújica luchó y defendió sus ideales y sobre todo vivió cómo dijo siempre que viviría. Un hombre que hablaba con acciones, sencillo, cercano y pobre de dinero pero inmensamente rico de corazón. Su filosofía de la búsqueda de la felicidad en un mundo alejado del consumismo y cercano a las personas dio la vuelta al mundo. Vivió austeramente saboreando la vida siempre cerca de sus amigos, de su mujer, de su perrita, de la naturaleza y de las cosas que realmente importaban. Vivió exportando ejemplo y eso en un mundo desnaturalizado, sucio, maloliente, corrupto y lleno de mierda es algo realmente importante. Se fue un gran hombre, con dus defectos, con sus virtudes, con muchos amigos y algunos enemigos. Se fue, como diría mi abuela, un hombre de acción, de ejemplo, un hombre de verdad. Pepé. Allá donde estés, no pierdas la sonrisa amigo. Descansa en Paz. 

Conquístate a ti mismo

Creo que algún día me tatuaré en algún lugar del cuerpo esta frase que sin duda ya forma parte de mi corazón. “Quien conquista a otros es fuerte; más quien se conquista a si mismo es poderoso. La pronuncio el gran filósofo Lao tse, uno de los grandes pensadores orientales junto a Confucio y Buda y cuya influencia sigue siendo a día de hoy inmensa. Y es que, en este mundo que más bien parece un manicomio sistematizado, perdemos gran parte de nuestro tiempo, nuestras energías y nuestro rumbo vital tratando de conquistar todo lo que no tiene que ver con nosotros. Desafiamos a la vida creyéndonos el gran general Napoleón pensando que todo y todos se regirán siguiendo nuestro juego. Erróneamente pensamos que la felicidad esta ahí fuera, el algún lugar, en algún rincón que podemos conquistar y dominar. Como si la felicidad fuera una mascota tonta a la que poder invocar en el momento que creemos más oportuno. Y así nos pasamos la vida. Pensando que la felicidad al final llegará porque hay un Papa Noel que algún día la dejará en la puerta de casa. Por eso esta maravillosa sentencia es un aviso para navegantes del siglo XXI. Si te conquistas a ti mismo serás sin duda poderoso. Por eso, empieza a pensar que tu vida depende de ti. Que el control de tus pensamientos determinará el acierto de tus actos. Comienza a entender que estar alegre, triste, preocupado, equilibrado o eufórico depende, en gran medida de ti, que eres al fin y al cabo el gran protagonista de tu vida. Porque la felicidad es interior. No está en lugares lejanos y o vive en sitios perdidos en otros mundos sino que espera tranquila guiando tu alma hasta que tu decidas llamarla por su nombre. Y es que querer cambiar el mundo es un locura tan arriesgada como imposible. Sin embargo, querer cambiar tu mundo es y debería ser una obligación vital que te acompañe hasta el día en que la muerte te lleve a un lugar mejor. Conocerse a uno mismo es encontrar la verdadera esencia de la vida. No hay nadie más importante que tú. Nadie es más valioso que tú. Y nadie merece más cariño y cuidado que tú. Entender que tú eres la conquista de tu propio universo te ayudará a entender qué papel juegas en este desafío maravilloso que se llama vida. Cuida de ti, de tus deseos, de tus ilusiones, de tus sueños, de tus anhelos, de tus aspiraciones y de todo aquello que puedes controlar y cambiar. Cuida de tu mundo y este terminará por cuidar de ti. La felicidad está tatuada en tu corazón. Escucha su latir.

Trump juega sus cartas y enciende la mecha contra la globalización política, económica y social

Lo prometió en las elecciones, lo practicó durante su primer mandato y lo ha vuelto a hacer y esta vez a lo grande. El pasado 2 de abril ya forma parte de la historia. Donald Trump desataba una guerra comercial sin precedentes en los últimos cien años. Una hecatombe económica, social y política cuyas consecuencias, a día de hoy, son imprevisibles. Sin embargo, algo parecido ocurrió durante la gran depresión estadounidense. Veamos que sucedió y cuáles fueron sus consecuencias. Corría el año 30, una época en la que USA iniciaba una era de proteccionismo comercial. En junio se promulgaba la Ley de Tarifas, también conocida como Smoot-Hawley. Una ley arancelaria que incrementó enormemente los impuestos a la importación de centenares de productos para proteger los intereses económicos de granjeros y empresas estadounidenses. ¿Por qué y para qué? Pues bien, la respuesta está en lo que sucedió en la década anterior. Los agricultores se habían recuperado en gran medida de la devastación de la Primera Guerra Mundial. Aumentó así la competencia y cayeron los precios. Los campesinos americanos además se habían endeudado para incrementar la producción y se habían convertido en una de las fuerzas laborales más importantes de EE.UU. Presionaron logrando mayor protección con aranceles a productos tan importantes como los huevos, la ropa, el petróleo o el azúcar entre otros. Incrementos que oscilaron entre el 15 y el 40 por ciento. ¿Qué ocurrió después? Pues que a los dos años las importaciones y exportaciones de EE.UU habían caído aproximadamente un 40 por ciento. Canadá y Europa tomaron medidas parecidas y aumentaron los aranceles para una gran parte de los productos estadounidenses. Algunos bancos comenzaron a colapsar, el intercambio comercial global cayó y la economía mundial entró en crisis. Algunos expertos creen que los aranceles castigarán el producto interior bruto y la inflación de los países implicados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el mundo de hace un siglo poco o nada tiene que ver con el actual. Las consecuencias de estás medidas en el medio plazo todavía están por ver. Las inmediatas, desde luego, dan miedo. Las bolsas se hunden, los bancos tiemblan y la sensación general es de máxima alerta global. Sin embargo, tratándose de Trump cabe esperar que tenga un as en la manga que sólo el conoce en una partida de cartas mundial en la que las reglas del juego han cambiado, para todos, para bien o para mal. 

A día de hoy el dinero en efectivo en España sigue siendo el rey

Decía el gran novelista Tom Clancy que si puedes controlar la información puedes controlar a la gente. A esto yo le sumaría que si además generas desinformación el control de esa misma gente puede llegar incluso a la esclavitud. Y es que la guerra informativa, financiera y de control está servida amigos míos. La presidenta del Banco Central Europeo Christine Lagarde anunciaba hace unos días que el objetivo ahora mismo de Europa es lanzar en octubre el euro digital. Una moneda única que con el tiempo va a sustituir al efectivo terminando por fin con este. Nada más conocerse la noticia, economistas y analistas de la talla de Marc Vidal, Daniel Lacalle o Niño Becerra ponían el grito en el cielo alertando de los peligros inminentes que supone la llegada de la nueva moneda. Y es que llama poderosamente la atención que en países como España y Alemania seis de cada diez ciudadanos siguen haciendo sus pagos con dinero físico. Las últimas encuestas además dejan claro que tres de cada cuatro ciudadanos no conoce nada o prácticamente nada sobre la nueva moneda europea. Por lo tanto, parece difícil de entender por qué Europa tiene tanta prisa en instaurar una moneda digital cuando el efectivo sigue siendo el rey del mercado y cuando se trata de un proyecto desconocido para la población. Marc Vidal, reconocido consultor a nivel internacional, cree que se trata del mayor control financiero jamás creado. Vidal se posiciona en contra de una moneda que sustituirá al efectivo y por lo tanto al anonimato en todo tipo de transacciones ya que el euro digital dejará si o sí una huella rastreable. El economista y tertuliano Niño Becerra además cree que el cambio llegará antes de lo que la gente piensa porque en el fondo nace para conocer los destinos y usos del dinero, por lo que la privacidad desaparece.  Cree que es más fácil y más barato de fabricar y también más sencillo de gestionar, por lo que los bancos además podrían desaparecer. Daniel Lacalle sigue esa misma línea y habla de una cesión total por parte de los ciudadanos al Banco Central de su dinero y también de su privacidad y libertad individual. Por lo tanto... ¿No deberíamos cuestionar al menos lo que está pasando?. ¿Se podrán rastrear todo los pagos que hagamos con el euro digital? Si es así, ¿Para qué podría usarse esa información? ¿Podrían bloquear o incluso anular nuestros ahorros? ¿Podrían usar nuestro dinero sin nuestro permiso? ¿Alguien le ha preguntado al ciudadano si quiere esta nueva moneda? El debate está ahí. Mientras, el efectivo a día de hoy, sigue siendo el rey. 

No cedas y no te rindas nunca, tu gran entrevista todavía está por llegar

Este dato, para los que amamos el periodismo, es cuando menos curioso. Según Christopher Silvester, un ex periodista que es hoy en día profesor de Historia en Cambridge, la primera entrevista de la historia la hizo Horace Greeley un 30 de agosto de 1859 al pastor mormón Brigham Young para el diario estadounidense The New York Tribune. Así aparece en su libro “Las grandes entrevistas de la historia”. Les cuento esto porque la entrevista, como género periodístico, es sin duda alguna el pozo de petróleo de la información. Sin una buena entrevista no hay información y sin información el periodismo se muere de hambre y de sed. Pues bien, el autor en esta obra magistral aclara que no siempre la entrevista fue la Reina de la selva. Y es que durante su proceso de evolución en el tiempo fue empleada muchas veces como un monólogo dedicado a la exhibición del entrevistado y otras como una tribuna judicial para enjuiciar y ridiculizar al mismo con buscando el chantaje o amarillear su historia para vender más. Sin embargo, yo creo que una buena entrevista es al periodismo lo que el aire puro es en esencia a la vida, la fuente del manantial del que mana toda la información. Porque al final, un entrevistado o entrevistada no deja de ser como un bebé al que hay que acariciar, mimar y cuidar para que no comience a llorar. Ganando terreno poco a poco, excavando con sudor cada trinchera, para alcanzar así a conocer con esfuerzo, trabajo y constancia todos los secretos que encierra celoso y bajo llave su corazón. Creo en la entrevista y detesto a aquellos que le imprimen mala fama infundada. Esos, bajo mi punto de vista, no son ni serán jamás verdaderos periodistas. Y no lo serán porque no son capaces de entender que las historias, las de todas las personas sin distinción, pueden en mayor o menor medida transformar positivamente nuestra realidad creando un mundo mucho más libre, humano y feliz. Cada historia cuenta. Porque al final todas son piececitas del mismo puzle y tienen sentido si se unen y entrelazan buscando, en su unión, su propio significado. Quiero así que recuerdes que tu historia puede ser importante. Quiero que sepas que es así y que debes confiar en ti y ser feliz. Sólo necesitas un buen interlocutor al otro lado y perder el miedo a desnudar tu corazón. Tu entrevista siempre está por llegar. No lo olvides y lograrás así, de algún modo, no ser olvidado.

 

Bienvenidos a la "conspiranoia" y a este manicomio al que todos llamamos sistema

Alguien me dijo una vez que apostar por vivir en libertad era una declaración abierta de guerra contra el sistema establecido. Y es que, nos guste o no, vivimos dentro de una estructura social pre establecida que de ningún modo controlamos. Somos, para que se me entienda, como pequeñas ratitas de laboratorio en una jaula a las que se nos da un poquito de agua y de comida y se nos pone una pequeña noria para que juguemos sin pensar mucho en que ostias estamos haciendo allí. Pues bien, vivir o tratar de vivir en libertad, es ir contra el sistema. Y tranquilo, este lo sabe y detecta rápido quienes son sus enemigos. Una vez hecho, su misión será neutralizarlos y eliminarlos. Y para ello tiene muchas fórmulas. La mejor, vilipendiarlos y hacer parecer que todos los anti sistema son unos locos bajados de alguna estrella a los que no se les puede escuchar y mucho menos tratar de entender. Actualmente, a esos locos, a todos, se les llama conspiranoicos. Según el diccionario, es aquel perteneciente o relativo a la conspiranoia. Y este término se refiere a la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como fruto de la conspiración. Por lo tanto, en la actualidad, en cuanto toques cualquier tema que remueva los huevecillos del sistema, prepárate para la hoguera y la santa inquisición del siglo XXI porque serás acusado de "conspiranoíco". Pues bien, uno de los temas más candentes hoy en día es el de las llamadas estelas de condensación. Y es que muchos “conspiranoícos” creen que se están fumigando nuestros cielos en todo el mundo para realizar cambios drásticos en nuestro clima. Podéis estar tranquilos porque no voy a tratar de debatir esto aquí. No tengo espacio suficiente. Pero si quiero, porque es público y cualquiera puede encontrar esta información en internet, dejaros un pequeño extracto para la reflexión de un artículo publicado en la web de Onda Cero del 19 de abril de 2023.  Básicamente resumiéndolo diría así:

La Agencia Estatal de Meteorología avisa que en la actualidad más de 50 países llevan a cabo actividades sobre modificación artificial del tiempo, cuyo estado se recoge en informes periódicos realizados por el Comité de Expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Por lo tanto queda más que claro que se puede manipular el clima y que además los países más desarrollados ya lo hacen desde hace mucho tiempo. Así que amigos bienvenidos a la conspiranoia y bienvenidos también a este manicomio al que todos llamamos sistema.

La verdadera llave a tu corazón sólo la podrás encontrar si vives en soledad

Jamás hallé compañera más sociable que la soledad. Esta maravillosa y inspiradora frase es el gran escritor, poeta y pensador Henry Davied Thoreau. Y en mi caso, desde luego, acierta a la perfección. Creo que siempre he sido un alma solitaria. No me entiendan mal, soy un tipo de alas abiertas, de carácter sociable y al que le gusta la compañía y la conversación sobre todo con las buenas personas. Sin embargo, y es difícil de explicar, mi mejor compañera y amiga en la vida ha sido siempre la soledad. Y es que podría decir sin equivocarme que ella, esa dama que se esconde en los silencios y en las más ocultas emociones, es sin duda alguna el amor de mi vida. La soledad siempre está ahí. En los buenos y en los malos momentos. En las victorias y en las derrotas. En los momentos de amor y felicidad y también en aquellos momentos donde todo se va a la mierda y quisiera morir. La soledad es la única que se para a escucharme sin reprocharme nada. Siempre pendiente de mis palabras, de mis silencios, de mis suspiros, de mis recuerdos, de mis sonrisas y mis lágrimas y también de mis lamentos y mis miedos. La soledad duerme conmigo acostada con una mantita rosa muy cerca de mi corazón. Vive por y para mí y no me traiciona por otras personas, momentos o recuerdos. Es mi fiel compañera y yo le pertenezco y ella me pertenece a mi. Está incluso cuando no se la espera. En esos momentos en los que estás rodeado de gente pero nadie te abriga, ni te escucha, ni te entiende ni quiere hacerlo. La soledad está en la vida y también estará en la muerte. Por eso, a pesar de que se que estar solo puede conducir a la locura, prefiero ser fiel a mi y a mis principios estando con la única persona que realmente me ama y me entiende. Su voz es la que conduce mi alma y me permite ver con claridad que la vida es un cuento  que otros inventaron para entretenerse y que muchas veces no tiene un final feliz. Porque solo somos marionetas de un sistema que juega con nosotros. Piezas sin importancia de un guión que fue inventado por aquellos que manejan el poder y están ocultos en lugares remotos que ni si quiera podemos imaginar ni ver. Por eso la soledad es tan importante, porque es esa llave que abre la puerta a la verdadera realidad. Porque aunque no te lo creas, el mundo que ves y experimentas no es real. Es un juguete y tu una de sus piezas. Atrévete a estar solo. Esa es la llave. La soledad.

Papa Noel y el falso mito de que fue un personaje que viste de Rojo por culpa de un anuncio de Coca Cola

COCA COLA Y LA NAVIDAD DE 1931

Mis maravillosos recuerdos de la Navidad están ligados a mi niñez. Son los niños los que realmente perciben la magia de un universo que en Navidad se vuelve todavía más enigmático, dulce y maravilloso. Mi navidad, como la de todos, estaba íntimamente ligada con las celebraciones familiares, los regalos, la diversión, los villancicos y la llegada de Papa Noel y por supuesto de los Reyes Magos. Pues bien, no se si sabías que Santa Claus a lo largo de su existencia no siempre vistió ese traje rojo tan auténtico y reconocible con el que se presenta cada Navidad. Si rebuscamos en la historia podremos observar que el origen de este personaje está en San Nicolas, un obispo cristiano de origen griego del Siglo IV que vivió en lo que hoy reconocemos como la actual Turquía. Este obispo era representado en ciertas ocasiones con prendas de color verde y en otras con una vestimenta de color rojo. Sin embargo fue en 1920 cuando Papa Noel apareció en un anuncio ya histórico de Coca Cola por primera vez que fue publicado en su momento por los diarios «Evening Post» y «The Saturday».La ilustración fue creada por Thomas Nat, y en ella Papá Noel tenía un aspecto serio, que es realmente muy diferente a su apariencia bonachona que vemos en la actualidad. Es en 1931 cuando Papa Noel pasa de vestir del verde al rojo, una decisión de estilismo que en ese momento decide el equipo de marketing de Coca Cola. Y es que la compañía adquiere los derechos del personaje para sus anuncios de Navidad y lo rediseña con sus colores: rojo y blanco. Sin embargo, a pesar de que el spot publicitario fue todo un éxito, su estilismo no es para originario de aquel momento y la marca no es tampoco la responsable de la imagen que hoy en día tenemos de Papa Noel. Si es cierto que Coca Cola, de forma muy inteligente, decidió entonces que Santa Claus sería algo así como su mascota navideña y por eso decidió encargarle a Haddon Sundblom, un gran dibujante del momento, que lo ilustrara de esa manera desde entonces. Lo hizo nada más y nada menos que durante treinta años, hasta los sesenta. Las representaciones de este mito de la publicidad y del diseño que en cierto modo humanizaron a Santa Claus, se convirtieron en la imagen icónica que conocemos en la actualidad. Un personaje alegre y bonachon vestido de rojo que sin duda ya forma parte y lo hará siempre de la historia de la NAVIDAD. 

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En recuerdo al gran ALFREDO CABRITO, un gran hombre de Salas de los Infantes y de la comarca de Pinares

Alfredo Cabrito


Como periodista creo que lo que mas he disfrutado siempre son las entrevistas. Llegar al corazón del entrevistado y ser capaz de sacarle en cierto modo las entrañas de sus sentimientos no es tarea sencilla. Una de las entrevistas que recuerdo con más cariño fue la que le hice en su coqueto y maravilloso pisito de Salas a Don Alfredo Cabrito y su mujer Angelines hace ahora tres años. Y me viene por desgracia al recuerdo porque hace apenas unos días nos dejó definitivamente el que fuera el último sastre de la provincia de Burgos. Sus padres, Jesús Cabrito Camarero y Eulalia Camarero tuvieron nada más y nada menos que ocho hijos: Pepe, Siso, Susi, Rosita, Petoño, Alfredo, Cuqui y Arturo. Una época que Alfredo me recordaba como muy entrañable y feliz en la que los pueblos estaban llenos de vida y en la que no había juguetes pero si muchísima imaginación para jugar todo el día en las calles y en las casas con multitud de amigos y familiares. De aquella entrañable entrevista también recuerdo como Alfredo me contó con todo lujo de detalles que en Salas una vez tocó la lotería de navidad. Ocurrió en 1957 y el número agraciado fue el 35031. La vendieron los “Repisos” que por entonces tenían un almacén de construcción, cereales y patatas. Las participaciones seran de una peseta. Fue un premio muy repartido entre todos los pueblos de la comarca de Salas. Sin embargo, no todos fueron igual de agraciados aquel día. Alfredo me contó la anécdota de “El Paquillo”. Era andaluz y vino a Salas a trabajar con toda su familia. En un en-cargo le dijeron de pagarle con cinco pesetas de la lotería y dijo que no, que tres y dos para echar un buen porrón de vino. Tocó y todavía se recuerda su jocoso comentario: “mira si seré desgraciado que me he bebido 16.000 pesetas de un solo trago”. Entonces con 1 peseta ser repartieron 8000 en una época de subsistencia en la que con 1 rubia se compraban un kilo de naranjas y con tres un kilo de chicharros. Alfredo Cabrito pertenece a una familia de sastres que trabajaron en Salas durante tres generaciones. Su apellido procede de Portugal, el país hermano, donde están la mayor parte de los apellidos relacionados con nombres de animales. Fue el número 1 en la Escuela Superior de Sastrería de Barcelona. Hace apenas unos días nos dejaba tras una larga y dolorosa enfermedad. Todos los que te conocimos echaremos aun hombre esencialmente bueno y de gran corazón

Vivir en un BBVA de la Avenida Vitoria de Burgos

Hace aproximadamente hace un mes. Eran las doce de la mañana y en Burgos hacía mucho frío esa madrugada. Una leve cencellada vestía de blanco las ventanas de los coches dejando en la ciudad una estampa algo invernal.  Yo bajaba caminando a toda ostia por la Avenida del Cid tras pasar las últimas horas de la tarde en el gimnasio Xtreme de Plaza España. Estaba agotado tras un día muy intenso de actividad laboral, física y mental. Al subir por la Avenida Vitoria, donde había aparcado el coche, me di cuenta de que alguien dormía en el cajero del BBVA de una de las arterias más importantes de la capital. Me acerqué y al hacerlo pude constatar que esa persona estaba convulsionando encima de unos cartones húmedos, sucios y completamente desvencijados. Traté de llamar su atención y comprobé si respiraba. Observé que así era, por lo que llamé al 112 comentándoles la situación. Ellos me dijeron inmediatamente que guardará la calma, que le levantará apoyándole sobre mis rodillas para que pudiera respirar y que tratará de mantener una conversación con él de forma que así se mantuviera despierto. Conseguí, siguiendo sus consejos, que pudiera al menos balbucear algunas palabras y esperé paciente a que llegará la ayuda. A los pocos minutos se presentó una cuadrilla de la Policía Local. Ambos agentes, enormemente agradables, me ayudaron muchísimo con la situación explicándome además que aquella no era la primera vez que sucedía ya que el implicado, del que no daré su nombre, había tenido una vida muy muy complicada. Conseguimos despertarle para preguntarle qué tal se encontraba y si iba a necesitar la asistencia de una ambulancia. Al principio mantuvo sus reticencias a la ayuda de los sanitarios. Sin embargo, logramos hacerle entender que era lo mejor que podía hacer dada la situación. Hace apenas dos semanas volví a pasar por el cajero a la misma hora y allí estaba de nuevo él, cubierto por esos cartones oxidados y abrigado por las mismas ropas rotas y sucias. Tras hablar con él más detenidamente, llegué a entender cómo había llegado a tal situación. Su historia es triste, dura, conmovedora y tan real como  la vida misma. Habla  del dolor, del fracaso, de la soledad, del abandono y de la falta de ilusión por vivir. Su historia podría ser la tuya. Por eso, la próxima vez que veas a alguien en esta situación no pases de largo. Muchas veces ofreciendo amor, cercanía y algo de cariño podría ser suficiente. 

Las máquinas están llegando. O reaccionamos, o podría ser nuestro final.

Creo que lo he dicho en más de una ocasión. Edimburgo es una de las ciudades más bonitas del mundo. Si Burgos forma parte de mi alma, la capital de Escocia es sin duda un pedacito de mi corazón. Allí pasé dos años maravillosos no exentos de mil aventuras y dos mil dificultades. Trabajé en el nacimiento de Scotlantrips, una fantástica agencia de turismo que en la actualidad gestiona Alberto Carlos, un gran amigo que además es natural de la preciosa localidad de Covaleda. En aquellos primeros compases, ambos definimos los objetivos de la empresa y también la estructura de un proyecto turístico que ha logrado posicionarse como una de las mejores compañías para viajar ahora mismo a uno de los países más enigmáticos y atractivos del mundo. Además, motivado por mis ganas de mejorar el idioma y también por mis capacidades comunicativas, tuve la gran oportunidad de poder trabajar en atención al cliente del Mc Donalds de Princess Street, el más importante y reconocido de esta imponente e histórica ciudad. Allí pude fajarme en todas sus secciones y logré comprender cómo se arma una de las empresas internacionales más importantes a día de hoy. Allí entendí que el trabajo en equipo, la cercanía y el trato atento y amable al cliente eran claves ineludibles para lograr el éxito en esta empresa que tiene sedes en prácticamente todas las grandes urbes del mundo. Pues bien, les cuento esto porque hace unos días, al salir del gimnasio, me apeteció comerme una hamburguesa y unas patatas fritas en el Burger King de Burgos, el gran competidor de MC Donalds. Me acerqué a la caja y traté de pedirle a un chaval joven, un tanto desmelenado, mi pedido. Estaba liado y su única respuesta fue que me dirigiera a la máquina. Le dije que no me importaba esperar y que además no tenía tarjeta de crédito. Su mirada cambió y empeoró haciéndome saber que no me iba a atender. Le dije que entendía su apuro y que comprendía, porque había trabajado en la misma situación, que estaba estresado. Pero también le hice saber que su obligación era atender a los clientes sin escudarse únicamente en la máquina. Al ver que, finalmente, no me iba a atender, le comenté que se estaba jugando una denuncia y que además las máquinas jamás deberían estar en ningún sitio para resolver el problema de los humanos. Porque, como le expliqué, de seguir así en muy poco tiempo habrá dos o tres máquinas más que terminarán por hacer su trabajo en menos tiempo y a menor coste. Por lo tanto, su falta de rigor y profesionalidad pronto podría ser su final y el de sus compañeros en esa oficina de Burger King en Burgos. No hizo mucho caso. Es lo que tiene ser un joven que no piensa demasiado. Por desgracia, tarde o temprano se dará cuenta de yo ese día y a esa hora, llevaba razón.

La historia de Juan Carlos, un adolescente durante la movida de los ochenta.

Juan Carlos es un asturiano de carácter recio y sonrisa bondadosa al que conocí hace ya muchos años durante uno de mis paseos por la Plaza del Cid de Burgos. Con él he compartido multitud de batallas en bancos improvisados y todo tipo de cafeterías de la que fue y siempre será la Cabeza de Castilla. El “Astur” porque así es como le gusta que le llamen, nació en 1968 en la majestuosa y siempre imponente ciudad de Oviedo. Vivió sus primeros años de adolescencia coincidiendo con el comienzo de la Democracia. Una etapa donde la libertad, a veces mal entendida y gestionada, llegó a España devorando viejas reglas no siempre bien escritas para darle alas a una juventud que necesitaba salir, divertirse, relacionarse, experimentar y disfrutar como si no hubiera un mañana. La música imponía sus reglas y se expandía, como un incendio sin control, devorando pueblos, barrios y ciudades enteras. Triunfaban el Heavy Metal y el Rock, al mismo tiempo que el Punk y también el Pop. Cada día aparecían nuevos grupos con propuestas diferentes, innovadoras y muy frescas cuya música se consumía y se compartía sin control, horarios o cadenas. El, como tantos otros jóvenes de aquella época, se rebeló buscando ser protagonista de un momento salvaje que se dejó llevar por el frenesí de una diversión que, a priori, no tenía límites o restricciones. Y en ese desenfreno loco, Juan Carlos comenzó a experimentar con todo tipo de drogas creyéndose dueño del mundo y un semidios que podía controlarlo todo. Comenzó con el alcohol y el tabaco, las peores drogas por estar institucionalizadas, para pasar depués a consumir cantidades ingentes de cocaína, cannabis, LSD y terminar probando la heroína que tantas muertes causó entre la juventud durante aquella época. Hoy el Ástur  ha superado la barrera de los cincuenta. Para su edad y para toda la mierda que le metió al cuerpo el "Guaje" se encuentra de puta madre, o al menos eso es lo que aparenta. Hace apenas unos días tomamos un fantástico café en Casa Ojeda y nos pusimos al día. Juan Carlos, en la actualidad, trabaja como mozo de almcén en una importante empresa de Burgos y colabora con programas para elminar las adicciones. En este campo es toda una instución. Está limpio. Consiguió salir de aquel infiero y hoy en día tiene dos niños y una mujer que le motivan a seguir viviendo siempre con una sonrisa. Las drogas me dijo son una autopista a la autodestrucción. Satanás abriendo la puerta del infierno. Por eso, si te preguntan, di siempre que NO. 

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Recuerdo de los bautizos de antes en nuestros pueblos

El escritor francés Jean de Boufflers solía afirmar que el placer es siempre la flor que florece y el recuerdo es el perfume que perdura. Y es así. Porque en realidad, nuestros recuerdos son huellas etéreas que guarda nuestra memoria y que nos permiten viajar con billete de primera y sin coste alguno a nuestro pasado. Por desgracia, no siempre son recuerdos maravillosos, felices o alegres. Muchas veces son recuerdos tristes, melancólicos, traumáticos o dolorosos que nos ayudan a entender que vivir no siempre es fácil. Mis recuerdos de niñez, casi todos felices, están unidos al Barrio de Costana de Salas de los Infantes. Yo vivía con mis padres y mis dos hermanos en la casita que está justo al lado del histórico Mesón Ricardo, uno de los mejores restaurantes que ha tenido nuestra comarca de pinares. Uno de mis primeros recuerdos me traslada al mes de septiembre de 1982. Yo tenía apenas cuatro años. Mi hermana había nacido tres meses antes y celebrábamos por todo lo alto su bautizo con una gran fiesta familiar. Una de esas grandes fiestas que se vivían antes en los pueblos para celebrar el nacimiento de un nuevo miembro de la familia. El día era soleado y alegre. La gente se arremolinaba en la pequeña plaza donde hoy se celebra la tradicional fiesta de Santa Cecilia. Recuerdo a mis padres saliendo al balcón con sus trajes de gala alegres y sonrientes sosteniendo a un bebé envuelto en un delicado vestidito blanco que no dejaba de llorar. La pequeña plaza, engalanada con flores, estaba abarrotada de vecinos, amigos y curiosos que vitoreaban a la pequeña homenajeada. Tras su presentación en sociedad, los más íntimos comenzaron el lanzamiento de decenas de cohetes que compitieron por alcanzar primero un cielo azul que también quiso sumarse a la fiesta vibrando durante varios minutos al compás de un ruido único, maravilloso y ensordecedor. Después llegó el momento de los momentos con el lanzamiento de cientos de monedas y caramelos para agradecer la presencia del público en un día tan fantástico y especial. Es sin duda alguna uno de mis primeros recuerdos y uno de los más bonitos de mi vida. Un recuerdo inolvidable que me permite entender lo corta que es la vida y lo importante que es vivirla con pasión, con intensidad, con optimismo y también con alegría. Un recuerdo que nos traslada a tiempos pasados en nuestros pueblos con costumbres y tradiciones que seguramente no volverán. 

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Humilde homenaje a Apolo Mediavilla, el último gran tabernero de la comarca de Pinares

FOTO DE MARGARITA Y APOLO

La gran escritora francesa George Sand solía afirmar que el recuerdo es el perfume del alma. Y si lo piensan, realmente es verdad. Los recuerdos, como unos guantes de lana, mantienen caliente nuestro corazón en los días fríos días de invierno. Los recuerdos, compañeros inseparables, nos abrigan cuando creemos perder la esperanza. Por eso yo guardo como un tesoro mis recuerdos, sobre todo los de mi infancia. Recuerdos que me llevan, junto a mi padre, a aquellos veranos tan maravillosos como interminables disfrutando en la vieja pero emblemática taberna Casa Eugenia situada en la histórica localidad de Castrillo de la Reina. Y es que aquel pequeño pero emblemático bar de pueblo era la catedral de la hostelería de la comarca de Pinares. Un lugar de culto y de visita obligada donde Eugenia, Margarita y Apolo, sus tres grandes capitanes, servían los mejores vinos, mostos, cervezas, sidras, refrescos y embutidos aderezados siempre con maravillosas sonrisas, tiernos abrazos y la más dulce camaradería. Una barra que durante muchos años vivió miles de chistes, anécdotas, abrazos, besos, borracheras, amores y desamores. Pues bien, hace tan sólo unos días, como le ocurriera a la matriarca hace unos años, nos dejó Apolo, su gran capitán y para mí el último gran tabernero de Castilla. Un hombre simpático, de trato afable y sencillo y de carácter cercano y agradable cuya religión, como la del Dalai Lama, siempre fue la bondad. Un hombre diferente, único e irrepetible que en aquellos días de estío, en mi niñez, me cogía de la mano tras saludar y abrazar a mi padre, mientras preparaba un porrón fresquito del mejor mosto que tenía en su bodega. Apolo, cuyo nombre evocaba al gran Dios del Sol y de la música y era fiel reflejo de los mejores valores castellanos cogió sus maletas llenas de cariño y amor hace tan sólo unos días para decirnos, en silencio, adiós.  Y allí, en la preciosa iglesia de San Esteban, en un día de estío vestido de luz, se congregaron cientos de amigos, vecinos y familiares de todos los pueblos de la comarca de Pinares para rendirle su último y más sentido homenaje.  Por eso espero que valgan aquí también estas humildes palabras para recordar al que fue y siempre será el mejor embajador de nuestra tierra castellana.  Así que, si me lo permiten, yo sencillamente prefiero quedarme para recordar a Apolo con lo que dijo el gran escritor Tom Wolf: la muerte solo es el último viaje, el más largo y sin duda alguna el mejor.

Los secretos maravillosos que guarda la emblemática Plaza de España de Burgos

Mi padre, al que quiero con locura (y nunca se lo digo) me recuerda constantemente que soy de la preciosa ciudad milenaria de Salas de los Infantes. Y sí, he vivido y crecido en la ciudad de los siete infantes de Lara. Eso no puedo ni quiero negarlo. No estoy dispuesto a perder a mis mejores amigos, a algún familiar y algún recuerdo maravilloso. Sin embargo, como a veces también me recuerda mi madre (a la que también amo con locura y si se lo digo), yo nací en el emblemático e histórico hospital San Juan de Dios en Burgos. Y si Salas forma parte de mi alma, Burgos es un pedacito muy importante de mi corazón. Creo que es sencillamente porque siendo muy niño recuerdo aquellos paseos interminables por la Plaza de España cogido de la mano de mi madre. Y recuerdo que a los ojos de un niño pequeño y travieso aquellas calles iluminadas de colores y adornos eran un sueño que envolvía una vida pequeña pero libre, mágica y maravillosa. Pues bien, cuarenta años después, mis pasos siguen llevándome a redescubrir continuamente este lugar único de una de las ciudades más bonitas del mundo. Cuenta con el impresionante y colosal monumento a las Fuerzas Armadas en lo que es el nacimiento de la Avenida de la Paz que fue inaugurado por los reyes de España en 1983 y es obra de Juan de Ávalos. Otra de las grandes curiosidades de esta plaza casi única en el mundo, es la fuente ornamental de los delfines. Se trata de una réplica de la misma fuente madrileña de la Plaza de la República Argentina y es obra del gran escultor Cristino Mallo. Un símbolo ornamental que sirve de lugar de celebración en los ascensos de todos los equipos de la ciudad del Cid. En Plaza de España también podemos encontrar la escultura del perro perdiguero de Burgos de Bruno Cuevas y en final de la calle Reyes Católicos un precioso e inmortal monumento a Juan de Garay, fundador de la Ciudad de Buenos Aires nacido en la pequeña localidad de Villalba de Losa en Burgos. Plaza España en Burgos es sencillamente el lugar que me devuelve a los mejores años de mi vida durante mi infancia. Y escribo este artículo mientras tomo un café descafeinado con leche dulce y templado en el Café Bristol, el último gran monumento de este increíble y mágico lugar de la vieja capital del Reino de Castilla. Una cafetería histórica capitaneada por Alba y Raúl, dos grandes de la vida y de la hostelería que han terminado por ser, con el paso del tiempo, muy buenos amigos.

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El recuerdo que guarda Estados Unidos para la eternidad del Gran Rodrigo Díaz de Vivar, el gran Cid Campeador

Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid campeador. Palabras mayores señores. Considerado uno de los mejores estrategas militares de la historia y también el mejor héroe castellano de todos los tiempos. De Don Rodrigo se saben muchas cosas pero hay todavía muchos detalles de su emocionante vida que no son tan conocidos. Burgos, la gran capital del Reino de Castilla, le dedicó una de las estatuas más reconocidas en todo el mundo. La inmortal obra en bronce fue esculpida por el almeriense Juan Cristóbal Quesada y fue inaugurada junto al conjunto medieval del Puente de San Pablo el 24 de julio de 1955. Sin embargo, este no es el único gran monumento dedicado al gran héroe medieval castellano. Algunas de las ciudades más importantes homenajean su figura. Estados Unidos es sin duda alguna el país que más ha recordado al gran Cid Campeador. En Nueva York encontramos una preciosa plaza que se encuentra junto a la Hispanic Society conocida como Audubon Terrace. En el nivel inferior podemos encontrar una estatua ecuestre de Don Rodrigo Díaz de Vivar. Es así por el amor que sentía  Huntington, polítologo y profesor por la literatura española y en particular por el romance “El poema del mío Cid”. La estatua la realizó la escultora Anna Vaughn Huntington, esposa del fundador de la Hispanic Society. En la cosmopolita y llena de vida ciudad de San Diego nuestro héroe cuenta con un emblemático monolito en el Parque Balboa. La magnífica obra es de nuevo de Anna Vaughn Hyatt Hungtinton y fue inagurada en 1930. Se encuentra muy cerca de la respetada y visitada biblioteca de arte de la ciudad y fue un regalo a la ciudad del matrimonio Huntington. Finalmente, en San Francisco,  una de las ciudades más importantes de la primera potencia del mundo, en las inmediaciones del Museo de Bellas Artes, podemos ver una estatua del Cid divisando el famoso Golden Gate desde su enclave. Sin duda, esta es una de las estampas más espectaculares en las que podemos observar a Don Rodrigo Díaz de Vivar y está acompañado en esa plaza por pintores tan renombrados y respetados como Durero, Rembrandt, Goya o Delacroix. Rodrigo Díaz de Vivar, para orgullo de burgaleses, castellanos, españoles y millones de ciudadanos de todo el mundo, cuenta con un enorme reconocimiento en Estados Unidos.  Su recuerdo y al amor después de más de 1000 años le convierten en un ser humano único y e inmortal. 

Relativiza tus problemas

El gran escritor francés Antoine de Saint-Exupéry decía  que si al franquear una montaña en la dirección de una estrella el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga sin duda alguna a olvidar cuál es la estrella que lo guía. Y es que nuestras vidas amigos míos están llenas de problemas. De piedras, barro y polvo que marcan nuestro camino hacia un mismo objetivo, lograr la felicidad. Pero los problemas lo son menos si aprendemos a relativizarlos. A entender, aunque sea difícil, que están ahí para guiarnos mientras nos desafían a seguir viviendo a pesar de la lluvia, el viento, el frío y la humedad que siente nuestro corazón. Stanislaw Lec afirmaba que cuando el agua te llegue al cuello, no te preocupes si no es potable. Por eso, cuando tengas un problema, aprende a tolerarlo si no lo puedes controlar. Vive en el presente. No dejes que tu vida penda de un hilo de tiempo traicionero que viaja sin billete entre el pasado y el futuro. En esos tiempos tu no existes y tu problema se hace grande y termina devorándote. Acepta tu vida y acepta cómo eres tú y cómo son las cosas ahora. No necesitas llegar a ninguna meta para disfrutar, saborear y sentir lo que ya tienes en el presente. Aprecia las pequeñas cosas. Un beso, un abrazo, una sonrisa o la brisa del aire acariciando tu piel. cor mucho que luches, que te empeñes, que pongas tu sangre y tu corazón en tus acciones algunos quedarán tirados en el camino. Se consciente de que no podrás ganar todas las batallas, aunque tengas las armas, el valor, la determinación  e incluso  el ejército apropiado.  Pero si podrás decirte el día en que te veas cara a cara con la muerte que lo intentaste. Porque al final amigo mío luchar hasta la extenuación, sin reblar, sin rendirte o sin arrodillarte es, aunque ahora no creas, lo único que verdaderamente cuenta.

 

El inventor del cine era burgalés

Internet es sin duda una fuente de información inagotable. Es como una caja de bombones de mil colores y sabores. Por eso, si escoges bien lo que deseas, la red se vuelve pura magia y diversión. Espero que me permitan esta licencia. Y es que buceando en este océano maravilloso de información di con una noticia que me llamó muchísimo la atención. La encontré en el perfil de mi buen amigo y mejor castellano Jon Baranda Merino. La fuente en este caso es de la Archidiócesis de Burgos. El titular, no sólo llamativo sino increíblemente interesante: Tardajos recuerda a Mariano Díez, sacerdote e inventor del cinematógrafo. La noticia reza así: Si bien el mundo científico se caracteriza por el secretismo y un anhelo por obtener la patente de sus inventos, hubo un personaje burgalés de finales del siglo XIX y principios del XX, que inclinado por las ciencias físicas y las matemáticas, propuso innovadores proyectos de forma abierta para que, quien quisiera, pudiera llevarlos a la práctica sin recelo alguno. Se trata del padre paúl, Mariano Díez Tobar, nació el 21 de mayo de 1868 en Tardajos, Burgos; y a quien algunos le atribuyen la invención del cinematógrafo. Según la revista de la época Mundo científico, el padre Mariano en una sus conferencias habló sobre esta máquina capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento: «El ingeniero francés A. Flamereau, representante en España de los hermanos Lumière, quien asistió en 1889 a la conferencia, inmediatamente mandó construir en París el aparato. De donde resulta que la cuna del cinematógrafo no es Francia, ni los Estados Unidos, sino España». Este sacerdote vicenciano, visionario y curioso, también habló de lo que hoy podríamos denominar como el «dictado de voz», herramienta común en teléfonos móviles y ordenadores. Lo describía como «la nueva pluma autofonográfica», una máquina capaz de diferenciar los sonidos emitidos por la voz y dejarlos escritos. Asimismo, hizo funcionar un reloj de pared al que se le daba cuerda con la energía de la voz; creo un reloj sin cuerdas y el iconotelescopio, creado para ver imágenes a distancia. En el 150 aniversario de su nacimiento, su pueblo natal quiere recuperar su memoria, haciendo una investigación por medio de historiadores que reúnan el legado y la contribución de este sacerdote avanzado para su época e interesado por difundir la ciencia. Hombre único e irrepetible. Bravo Mariano. Bravo!!!. 

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