El problema de los recortes en servicios sanitarios sólo se puede afrontar con la unión
de la Guardia Civil y de amenazas continuadas de retirada de aulas en colegios de la comarca pinariega
y alrededores
Han pasado varios días del 31 de marzo y guardamos ese regusto reconfortante que deja la culminación de una hazaña.
De aquí al 26 de mayo se extiende el periodo de mayor protagonismo de las zonas rurales.
No aprendemos. Hace más de una década el problema de las ayudas y subvenciones que se orientaban a proyectos que nacían, y se ejecutaban, en los pueblos, era de vox populi.
En los pueblos comienza a extenderse la sensación de que o cambian realmente las cosas o el futuro está en entredicho.
La demanda por una sanidad pública sin recortes, más acorde a las necesidades actuales y con mejor proyección en el mundo rural se ha convertido durante las últimas semanas en tema de actualidad.
El programa emitido por la Cuatro sobrevolando parte de la comarca pinariega me deja enrabietado,ante una visión muy sesgada e indocumentada del mundo rural.
Nos hemos estancado. La actividad de promoción, divulgación y conocimiento del mundo micológico que, en algunos pueblos de Pinares, arrancamos a inicios de los noventa está entrando en una lenta agonía.
Estos días nos decía la gente que se acercaba a casa o nos encontrábamos por la calle: "Es de las mejores personas que he conocido". Y es verdad.
En los últimos meses se han vivido escenas propias de una película cómica en el espacio natural.
Asistimos en estas últimas semanas a una masiva participación popular para mostrar el desagrado por algunas acciones que no parecen adecuadas ala ciudadanía.
Dos denominadores comunes: la lucha contra la despoblación y la supervivencia de aserraderos e industrias de la madera en Pinares.
Como si fuéramos niños pequeños, desde las instituciones públicas no nos acaban de contar toda la verdad sobre las posibilidades para una estación de esquí en la ladera de Urbión.
A finales de 2012 nacía un nuevo proyecto de comunicación para aquí, en Pinares de Burgos y Soria.
España nos roba. La que llamamos Suerte de Pinos se está convirtiendo en una pesadilla entre pinares.
El nuevo medio que ve la luz en la provincia supone un nuevo proyecto, más ilusionante para sus promotores, y que deja una veintena de personas sin empleo.
Esta situación, que debería ser transitoria a la espera de un mayor compromiso institucional con los voluntarios, es para algunos representantes de las administraciones una realidad afianzada.
Recuerdo con especial nitidez el anuncio de la construcción del AVE de Madrid a Barcelona, y el regocijo con el que se vivió en la ciudad de Soria y su entorno.