viernes. 19.04.2024
La opinión de
Guadalupe Fernández

Guadalupe Fernández

Desde Neila

El libro de la vida

Esta muy reciente el 23 de abril, “día del libro”. Soy una adicta insalvable a la lectura de libros en su formato de papel. Es mi imaginación proclive a recrear historias con cada elemento de mi existencia en el enclave paradisíaco de naturaleza de Neila, mi pueblo. 

Vacunas para la historia

En esta primavera no viviremos las sensaciones del estallido de las flores en los prados, en los arbustos, en las retamas, en las aliagas… en un entorno idílico.

Desde el respeto y la tolerancia

Se inicia la primavera en un contexto social ajeno al estallido de la vida en plantas y flores y en el verde tapizado de los montes.

Campos de Castilla

En mi adicción por releer historias ya envejecidas, doy un repaso por aquellos poemas de autores ilustres que describen de forma sencilla los paisajes y los sentimientos del campo.

                                           

Los pilares de la vida

Tras nuestro nacimiento, hemos sustentado nuestra carga del vivir en unos pilares cimentados en las profundas e indelebles raíces de nuestra tierra.  

Sombras alargadas

Deseo rememorar el tema de la novela de Miguel Delibes, “La sombra del ciprés es alargada” donde abunda el pesimismo emocional con muchos alientos de esperanza. Y no es el tema de hoy proclive a las nefastas consecuencias de nuestra pandemia vírica, sino que abarca a otros conceptos inherentes a nuestro paisaje y a nuestra memoria.

Nieve, Hielo y Soledad

Hoy, mis palabras se hilan con los sentimientos de añoranza de los años pasados, en un recorrido por entre las conductas y quehaceres de la tierra que me vio nacer.

La incertidumbre de este nuevo año

Para iniciar el paso al nuevo día del Año Nuevo hemos batallado en Neila, mi pueblo, contra  toda una suerte de adversidades dignas de contar. 

 

 

Navidades insólitas

Me cuenta una amiga sus andanzas por Madrid en este contexto de pandemia. Vive sola y las limitaciones de relaciones sociales, por causa del coronavirus, barren sus emociones positivas. Por ello, me dice, salgo de casa para ver exposiciones; entro por las tiendas a husmear; voy al cine; quedo con alguna amiga… Es que si me quedo en casa, voy a enfermar de la cabeza.  Y eso es peor que el virus.

 

Estamos de moda

En esta etapa otoñal de pandemia hemos disfrutado de un paisaje sublime con todos sus matices dorados enmarcados en una orografía de ensueño.

Pequeños pueblos olvidados

En la escuela del vivir en los pueblos conocemos tareas nunca olvidadas y poco comprensibles para las siguientes generaciones.

Nuevo rumbo en la vida

En la orografía que me rodea están impresas las historias de mis antepasados que se han inoculado en mis genes como un aditivo más en mi desarrollo empírico y emocional.

 

Existo, luego protesto

Emulo con este título, al famoso filósofo francés del siglo XVII René Descartes y su famosa cita: “Pienso luego existo” donde acentúa el papel de la razón  para conocer la realidad objetiva que nos circunda.

Un otoño especial

Entramos en el otoño, una etapa del año acorde con la arribada próxima al frío invernal. Se van tiñendo de amarillo algunos retazos en las ramas de los chopos, hayas, robles, encinas… como perlas de oro enmarcadas en el horizonte del “Alto pinar” de García Lorca.

           

Lenguaje gestual

Son los gestos una actitud indeleble en nuestra comunicación, y con muchos significados dentro de cada contexto social. 

Ni qué decir, ni qué decir

Las palabras se enredan en trayectorias inexpugnables cuando la vida discurre en un monótono deambular por los estrechos y oscuros caminos de la incertidumbre

Lo que nos rodea

Estoy escribiendo pasadas veinticuatro horas de mi deambular junto a las lagunas Negra y Larga de mi pueblo, Neila.

Bajo las sombras

En el abordaje a la palabra “Sombra” nos llegan múltiples significados para un solo significante de seis letras.

Desde mi ventana

La tarde transcurre lentamente con el goce de una lectura especial. No leo las palabras de un libro que relatan acontecimientos novelados o históricos perfectamente hilados en su estructura narrativa.

Conductas positivas

Era mi madre una excepcional narradora de cuentos. Mis hermanos y yo nos hemos beneficiado de aquellos relatos ancestrales donde los personajes   dibujaban sus siluetas en un coqueteo de ficción entre escenarios regios y sombras tenebrosas.